«En resumen, más que ganar unas elecciones, lo que el gobierno hizo fue comprar unas elecciones. Eso fue todo, y nada más«. Así concluye el artículo que hoy publica en el Listín Diario el expresidente Leonel Fernández.
El mismo título -«PRM: estrategia para comprar elecciones«- sugiere una crítica mordaz contra el Gobierno reelegido en las urnas, y le permite a Fernández enumerar al dedillo lo que, según él, fue la estrategia brutal del oficialismo para lograr la reelección el 19 de mayo pasado.
El líder de oposición observa una incongruencia: que las encuestas arrojaban altos niveles de descontento y malestar ciudadano por el alto costo de la vida y otros flagelos, a pesar de lo cual, el Gobierno obtuvo una votación muy elevada.
«Ante un cuadro tan sombrío y de tanta insatisfacción, ¿cómo es posible que un gobierno haya logrado el apoyo de la mayoría de los votantes para alcanzar una reelección?», cuestiona.
Su criterio es que el PRM hizo un uso clientelista de los programas sociales -sobre todo de la tarjeta Supérate, la que amplió para aumentar el monto e incluir a miles de familias más-, subió la cantidad de beneficiarios de los programas Bonogás y Bonoluz, extendió el bono escolar, distribuyó electrodomésticos y concedió «miles de pensiones solidarias y especiales, aún a personas que no calificaban». Todo ello con fines electoreros.
Y afirma esto: «El Bono Navidad se extendió desde el mes de diciembre del 2023 hasta junio, durante todo el ciclo electoral. La cantidad de bonos distribuida fue de dos millones 500 mil, coincidente con el número de votos obtenidos por el PRM«.
Según él, lo que hubo fue «un cambalache de bonos por votos».
«Tal como reconoció la OEA, se compraron miles de cédulas con la finalidad de inducir a la abstención de los votantes opositores al partido de gobierno.»
«Además de utilizar los programas de asistencia social como instrumento clientelar para fines electorales, el PRM aplicó una práctica desconocida en la historia política de la República Dominicana: cooptar, con el uso abusivo de recursos del Estado, a alcaldes, dirigentes y diputados de la oposición.»
«Una propaganda gráfica imponente por todo el territorio nacional; una publicidad en los medios de comunicación financiada con miles de millones de pesos por parte del gobierno; y un cuerpo de plumíferos y vocingleros pagados con fondos públicos, para fines de promoción reeleccionista, consolidaron la creencia de un triunfo inevitable del PRM en las urnasFernández repara -y confiesa- los «errores y fallas de la oposición», .
Fernández repara -y confiesa- en los «errores y fallas de la oposición», y estima que esas pifias y las elecciones municipales contribuyeron, junto a las encuestas ordenadas por el Gobierno, a crear una percepción favorable al PRM.
En el artículo hay un olor de optimismo por dos razones: porque el PRM no logró el cacareado 60 ni el 70% que decían las encuestas, y que a pesar del uso avasallante de los recursos públicos, la Fuerza del Pueblo atrapó casi el 30 por ciento de los votos, con la abstención más alta de la historia política dominicana.
Fuente: RNN.