El último vuelo del Concorde tuvo lugar en noviembre de 2003, pero la famosa aeronave supersónica tendrá una segunda vida gracias a LEGO, que presentó un nuevo set para adultos con el modelo a escala del mítico avión supersónico que se despidió de los cielos hace más de dos décadas.
La compañía danesa se empeñó en replicar una buena cantidad de detalles tanto en el exterior como en el interior de la icónica aeronave con este set que consta de 2.083 piezas y, una vez ensamblado, tiene una considerable longitud de 105 centímetros, un ancho de 43 centímetros y una altura de 15 centímetros.
Estas son algunas de sus características:
– El logotipo de Concorde aparece en todos los lugares correctos, y está la icónica franja roja en su fuselaje.
– La figura permite levantar parte del fuselaje para dar una mirada a microescala de los asientos y los inodoros de la aeronave.
– Tren de aterrizaje completamente funcional y se acciona girando la cola.
– Alas en delta con alerones móviles.
– Nariz inclinable.
– Rueda de cola retráctil.
Además, se puede acceder a su cabina de pasajeros y exponer en las posiciones de vuelo, despegue y aterrizaje sobre la base de exposición que incluye este nuevo set de LEGO que salió al mercado por un precio de 200 dólares.
¿Qué sucedió con el mítico avión supersónico Concorde?
Aunque el Concorde se convirtió en un ícono de la aviación debido al avance tecnológico que supuso, solo estuvo en servicio 27 años. La aeronave fue el resultado de una colaboración entre los fabricantes británico y francés, British Aircraft Corporation y Aérospatiale, que comenzó en 1962 y culminó con su primer vuelo comercial en 1976.
Este jet supersónico podía volar a más del doble de la velocidad del sonido, reduciendo el tiempo de viaje entre ciudades como Londres y Nueva York a solo tres horas y media. Además, tenía una capacidad para 100 pasajeros y ofrecía un servicio de lujo, con suites y baños con ducha.
Sin embargo, el Concorde también tenía graves problemas de consumo de combustible, contaminación acústica, rentabilidad y seguridad que llevaron a su retirada definitiva en 2003, tras el trágico accidente de París en 2000 que causó 113 muertes. Si bien Airbus, que era el fabricante del avión, realizó diversas mejoras para reforzar su seguridad, este no volvió a reanudar su operación habitual.
Cómo es el X-59, el avión supersónico y silencioso que la NASA está construyendo
Una de las razones por la que los aviones supersónicos dejaron de atravesar los cielos del mundo a comienzos del siglo XX, fue por el gran ruido que hacían al romper la barrera del sonido.
Ahora, el nuevo avión supersónico X-59 de la NASA, llamado también “hijo del Concorde” está realizando sus últimas pruebas para volar a la velocidad del sonido, pero sin emitir elevados niveles de ruido.
El X-59 QuessT (”Quiet SuperSonic Technology o tecnología silenciosa supersónica) es un jet experimental que tiene como objetivo reducir la cantidad de estampido sónico producido por los aviones que rompen la barrera del sonido.
En lugar del estruendo que sacude el suelo producido por los chorros que alcanzan la velocidad del sonido, o Mach 1, se espera que el X-59 solo genere un golpe similar al sonido de la puerta de un automóvil cercano que se cierra de golpe, es decir, solo 75 decibeles de nivel percibido (PLdB). Para poner en contraste estos números, una conversación se sitúa en unos 60dB, mientras que una aspiradora alcanza los 90dB.
Lockheed Martin, que está construyendo el avión a través de sus instalaciones de fabricación de aeronaves avanzadas Skunk Works en Palmdale, California, compartió un video esta semana que muestra el X-59 saliendo del hangar luciendo casi listo para probarse en los cielos.
Como se puede apreciar en el video, el avión tiene todo el fuselaje completo y ensamblado. Entre sus dimensiones se encuentran 29 metros de largo y una superficie alar de 9 m. Su peso máximo de despegue será de 14.700 kg y se estima que la aeronave será capaz de alcanzar una velocidad crucero de Mach 1.42 (1510 km/h) a 55.000 pies de altura (16.800 m). De su diseño poco convencional, se destaca de un fuselaje largo y angosto y canards (alerones laterales) para evitar que las ondas de choque se fusionen mediante la reacción física llamada coalescencia.
Los ingenieros que lo desarrollaron estiman que la explosión o estampido sónico que produzca debería pasar a sentirse como un golpe de aproximadamente 75 decibelios de nivel percibido, en comparación con los 105-110 decibelios de nivel percibidos que se experimentaban con el avión Aérospatiale/BAC Concorde. Y mientras está en vuelo, solo aportará 60 decibelios percibidos desde tierra.