El informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca que en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, los extranjeros tienen más probabilidades de tener empleo que los nativos, especialmente entre los inmigrantes de 15 a 34 años. Sin embargo, estos trabajos suelen ser de peor calidad y más informales.
El estudio muestra que el 52% de los inmigrantes tiende a ejercer trabajos informales, mientras que el porcentaje de trabajos informales entre los nativos es del 45%. Los extranjeros también tienen más contratos temporales y trabajan más horas que los nativos. Además, es más probable que los inmigrantes estén sobrecalificados para el trabajo que realizan, con un 27% en esta situación, en comparación con el 19% de los nativos.
No obstante, las ocupaciones altamente calificadas son más frecuentes entre los nacidos en el extranjero que entre los nativos, como sucede en cinco de los nueve países –Paraguay, Uruguay, México, Panamá y Perú- de los que hay datos.
En cambio, en Chile, Costa Rica y la República Dominicana ocurre lo contrario: los nativos tienen más probabilidades de ocupar puestos altamente calificados que los extranjeros.
Especialmente en Chile, Perú y Uruguay, la participación en el mercado laboral de los inmigrantes en edad de trabajar (de 15 a 64 años) y con educación terciaria es mayor que la de los nativos (28 % y 23 %, respectivamente).
Por otro lado, la presencia de personas con niveles educativos bajos es mucho menor en la población inmigrante (33 %) que en la nativa (44 %), una diferencia fundamental con respecto a los países de la OCDE.
El informe también señala que la diferencia en las condiciones de vida entre los inmigrantes y los nativos es menos marcada en América Latina y el Caribe en comparación con los países de la OCDE. Además, en seis países estudiados, la pobreza prevalece entre los propios nativos y no entre los extranjeros, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países de la OCDE.
En cuanto a educación, los niños nacidos en el extranjero tienen peores resultados educativos que los nativos, aunque los inmigrantes que llegaron a Latinoamérica como adultos tienen logros educativos mayores que los nacidos en el país.
En cuanto a género, los datos muestran que las mujeres migrantes tienden a tener más estudios que los hombres migrantes, pero los hombres ocupan más puestos de trabajo, superando a las mujeres en más de 27 puntos porcentuales.