Hoy en día aún existen trastornos y condiciones que son confundidos por un simple malestar, pero que aun así pueden tener un efecto adverso en la calidad de vida de cualquier persona. Este suele ser el caso del síndrome del intestino irritable (SII), un trastorno digestivo funcional cuyos síntomas digestivos incluyen dolor o molestias abdominales, gases, distención, hinchazón, estreñimiento y diarrea.
“El síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional caracterizado por dolor abdominal crónico acompañado de hábitos intestinales alterados”, explica la doctora Daniza Contreras (@dra.danizacontreras), gastroenterólogo internista. “El dolor abdominal usualmente se relaciona con la defecación, donde pacientes refieren empeorar o mejorar con la misma”.
El SSI es un trastorno muy frecuente, especialmente entre personas jóvenes, y aunque aún no se ha establecido una causa definitiva de esta condición, sí se ha confirmado la influencia de factores como malos hábitos alimenticios, anomalías en el sistema nervioso, el estrés, contracciones musculares en el intestino, infecciones y cambios en los microbios intestinales. Asimismo, debido a que el SII es un trastorno complejo que se presenta en diversas formas, existe una variedad de tratamientos que son determinados por los síntomas que se presentan y su gravedad.
Hasta ahora, el SII se ha clasificado en cuatro tipos principales, dependiendo de cuál es el síntoma más prevalente, y estos son SII-D cuando es más común la diarrea, SII-E cuando es el estreñimiento, SII-M cuando los dos síntomas son frecuentes y SII-NC cuando ninguno de los dos ocurre muy a menudo.
“No existe una prueba de laboratorio que haga el diagnóstico, pero se realizan algunas en pacientes con estos síntomas para descartar patologías alternativas”, agrega la doctora. “Los hábitos intestinales incluyen diarrea, estreñimiento o alternancia entre estos, haciéndose el diagnóstico cuando ocurren estos síntomas al menos un día por semana en los últimos tres meses”.
Por otro lado, el SII también se puede presentar en forma concomitante a otras enfermedades como la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, trastornos de la articulación temporomandibular, dolor pélvico crónico y dispepsia no ulcerosa. En estos casos los síntomas del trastorno se pueden presentar de una manera más intensa.
De todas formas, en caso de ser diagnosticado con SII, la doctora Contreras ha compartido cinco consejos para ayudarte a lidiar con este trastorno:
-Evitar los lácteos, sobre todo en pacientes intolerantes o que refieren distensión persistente con el consumo de leche aún hayan salido con prueba negativa a la intolerancia.
-Evitar el gluten, se ha demostrado que este afecta la barrera intestinal en pacientes con SII.
-Aumentar el consumo de fibra, sobre todo en los pacientes cuyo predominante persistente sea la diarrea.
-Actividad física. Estudios demuestran que realizar 20 a 60 minutos de ejercicio moderado a vigoroso de 3 a 5 días por semana mejoró los síntomas.
-Reducir el estrés, siendo este desencadenante de síntomas.