La cría de larvas de mosca soldado negro (Hermetia illucens) se ha convertido en un pilar de un emprendimiento de economía circular en Costa Rica. Estas larvas se alimentan de residuos orgánicos y se convierten en una proteína de alta calidad que se utiliza en la alimentación animal en lugar de proteínas de origen animal o vegetal, lo que reduce el impacto ambiental.
La empresa ProNuvo, ubicada en Guápiles, Costa Rica, cría moscas soldado negro en jaulas dentro de un invernadero y las alimenta con desechos orgánicos de plantaciones de banano, mango y papaya. Después de 14 días de alimentación, las larvas se convierten en proteínas y aceites que se utilizan en la alimentación animal. Además, los excrementos de las larvas se utilizan como abono para las plantaciones frutales.
Este proceso se considera una forma de economía circular, ya que utiliza desechos de otras industrias para producir proteínas de alta calidad sin los impactos ambientales de la sobrepesca, la producción de soja y la ganadería. La producción de proteína de insectos requiere menos tierra y agua en comparación con la producción de proteínas de origen animal o vegetal.
La granja de larvas de mosca en Costa Rica es la primera en América Latina y se considera pionera en la región. Este enfoque sostenible podría tener un impacto positivo en la producción de alimentos y en la reducción del impacto ambiental en la región y en todo el mundo.