El gerente solo necesitó de dos años para que sus decisiones llevaran al equipo de Boston a jugar por un puesto en la Serie Mundial
Luego de dos temporadas decepcionantes, Boston Red Sox se encuentra nuevamente a las puertas de una Serie Mundial, luego de haber derrotado al mejor equipo de la campaña regular, Tampa Bay Rays. Los “patirrojos” tendrán sus manos llenas cuando enfrenten a Houston Astros en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, pero si algo ha probado este equipo es que nunca se le puede dar por derrotado antes de que se terminen los partidos, sin importar el rival.
Luego de ganar la Serie Mundial en 2018, Boston quedó tercero en 2019 y no tuvo oportunidad de competir dentro de la división. Luego vino la suspensión de Alex Cora, lo que hizo que el equipo se encontrara en una situación incómoda para la campaña 2020.
El equipo terminó en último lugar el año pasado, en una particular temporada, los Red Sox se vieron sumamente mal durante los 60 juegos de serie regular. El pésimo desempeño se combinó con la salida de Mookie Betts vía cambio, al igual que la de David Price, dos de las piezas esenciales en el campeonato de 2018, así como problemas con una elevada nómina cuya depuración era necesaria y obligatoria, hicieron del conjunto un desastre imposible de seguir.
En medio de todo el caos, el nombre de Chaim Bloom estuvo en el centro. Un gerente contratado desde las oficinas de los Rays, un mercado muy diferente al de Boston, con la misión de limpiar la nómina, mejorar de forma significativa un sistema de ligas menores de los peores de MLB.
Bloom hizo algo que parecía imposible. Enfrentar problemas serios en un equipo para hacerlo competitivo, mejorar considerablemente las sucursales de ligas menores de Boston y reunir a un grupo de jugadores que han sido determinantes para que los Red Sox se encuentren en hoy a cuatro victorias de otro viaje a la Serie Mundial en tan solo dos años.
El gran arquitecto de los Red Sox cambió la identidad del equipo, poco a poco, designado nuevamente a Alex Cora como dirigente, logrando la que quizás es la mejor contratación de un agente libre en la pasada temporada baja, Hunter Renfroe, así como un jugador del calibre de Kyle Schwarber en la fecha límite de cambios.
En un deporte donde las reconstrucciones se toman su tiempo y se necesitan piezas distintas, así como tiempo, para que todo encaje, resulta sorprendente la forma en que Bloom estructuró un equipo que terminó entre los líderes ofensivos de la temporada con promedio de bateo de .261 y OPS de .777.
Las cosas le han salido a pedir de boca a Chaim Bloom en el 2021, cuando no parecía que los Red Sox tendrían un gran año. La transformación de la escuadra es notoria y grandes cosas esperan en el futuro de Boston de la mano de su gerente. Si logran llegar a la Serie Mundial o incluso ganarla, mucho se deberá a lo que hizo desde que llegó al conjunto.