El consejo lo hemos escuchado miles de veces y se ha hecho meme gracias a obras maestras como ‘The IT Crowd’: si algún dispositivo te va mal, lo apagas y lo vuelves a encender. Y seguramente el problema se solucionará en una gran mayoría de casos, pero en los televisores la cosa cambia.
Y es que cuando apagamos y volvemos a encender dispositivos como routers, ordenadores o móviles su memoria queda vaciada y todos los procesos de sus sistemas se detienen, el apagón es total. Pero en los televisores modernos no basta con apagarlos desde el mando: hay que desenchufarlos completamente. Y hacerlo de vez en cuando tiene sus beneficios.
Apagar un televisor desde el botón correspondiente de su mando a distancia equivale (más o menos) a poner un ordenador en reposo. Dependiendo de cada sistema y marca de televisor puede haber variaciones, pero hay procesos que siguen activos. La única forma de asegurarse de que un televisor se apaga por completo es desenchufándolo de la corriente, retirando literalmente su enchufe de la regleta o la pared.
Desde GameStar Tech recomiendan hacer esto una vez a la semana, manteniendo el televisor desenchufado durante unos diez segundos para asegurar la jugada. Puedes hacerlo manualmente, o incluso puedes automatizarlo si enchufas el televisor a un enchufe inteligente que puedas controlar desde tu móvil para que así no tengas que preocuparte más de ello.
Cuidado con apagar a la ligera si tienes un televisor OLED
Sólo hay una excepción para aquellos que tengáis un televisor OLED: ese tipo de paneles suelen hacer operaciones de mantenimiento de sus píxeles para evitar problemas como la retención de imagen a largo plazo. Interrumpir ese proceso de golpe puede ser perjudicial. Si tu televisor es OLED, lo mejor es que dejes pasar un tiempo tras apagar el televisor y no lo desenchufes de la corriente hasta pasadas unas horas. Un buen consejo puede ser que lo hagas durante la mañana, después de que el televisor haya estado apagado toda la noche.
Ten en cuenta también que si utilizas un reproductor externo como un Google Chromecast o un Apple TV 4K, la lógica entonces es apagar y reiniciar esos dispositivos y no el televisor. También puedes hacerlo desconectando su cable de alimentación, aunque sistemas como tvOS tienen también su botón de apagado.
Los beneficios de hacer esta rutina de vez en cuando son claros: el sistema operativo y las aplicaciones del televisor mantienen un rendimiento óptimo y te ahorras posibles problemas que surjan, además de arrancar a una mayor velocidad. Muy parecido a lo mismo que puedes lograr reiniciando un ordenador: cualquier error que hay en sus aplicaciones queda probablemente solventado.
Estos consejos (como también el de comprobar las luces que tienes a tu alrededor a la hora de calibrar el televisor) pueden parecer absurdos, pero que quizás hagan que notes como tu televisor funciona mejor a lo largo de sus años de vida.