La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que no existe evidencia que relacione las vacunas con el autismo, luego de analizar en profundidad la información más reciente disponible a través de su Comité Asesor Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS).
Durante la sesión celebrada el 27 de noviembre, el comité examinó dos nuevas revisiones sistemáticas que abarcan investigaciones publicadas entre 2010 y 2025. Estos estudios fueron seleccionados bajo criterios estrictos de calidad científica y bajo riesgo de sesgo. El análisis incluyó trabajos sobre vacunas que contienen tiomersal, vacunas administradas durante el embarazo y la infancia, y estudios relacionados con el trastorno del espectro autista (TEA). También se evaluaron metaanálisis previos y un amplio estudio poblacional realizado en Dinamarca con datos de nacimientos entre 1997 y 2018.
Tras revisar la evidencia, el GACVS concluyó que no hay relación causal entre la vacunación y el desarrollo del TEA. Igualmente, descartó un vínculo entre la presencia de pequeñas cantidades de aluminio en algunas vacunas y el autismo, reafirmando la seguridad de los compuestos utilizados en los programas de inmunización.
Los resultados ratifican las posiciones sostenidas previamente por la OMS en 2002, 2004 y 2012, cuando ya se había establecido que ni el tiomersal ni otros componentes de las vacunas provocan autismo.
El organismo internacional reiteró a los países la necesidad de que sus estrategias de vacunación continúen basándose en evidencia científica sólida y actualizada, con el fin de fortalecer la confianza pública y garantizar la efectividad de los programas de salud.