Tarde o temprano, el matrimonio termina siendo una relación interesada, en la que las mujeres buscan mayor preponderancia.
Mientras no se firma el acta, la union tiene la tendencia a ser maravillosa, ellas actúan muy solícitas, se preocupan por el varón para darles todos sus antojos y son muy permisivas.
Inmediatamente se produce la firma, la actitud pasa a ser diferente, hacen gala de su empoderamiento y marcan su territorio en un santiamén.
Hablo en términos generales, habrá sus excepciones, inicialmente los cambios en la pareja los ejecuta la hembra, que busca regir la relación y trata de tomar el control de las finanzas.
Financieramente, la mujer comienza a pensar en sus intereses, después de parir, la criatura es la prioridad de la madre y la acumulación de recursos está destinada a ella y su hijo.
Después de una convivencia permanente, es lógico que muchas cosas cambien, pero la docilidad y la dedicación hacia el varón merma en forma considerable.
Para la mayoría, esto podría no tener sentido, pero esta presente en el accionar femenino, todo esto provoca los divorcios de personas que tienen conviviendo apenas meses!