Con la pandemia de la covid, la inmunología fue uno de los focos en los que se centraban todas las miradas, pero esta especialidad de la medicina no es solo «vacunas e infecciones», sino que representa a la perfección lo que es una disciplina global que abarca todos los órganos y que en los últimos años ha sumado esperanzadores avances contra distintas enfermedades.
Con motivo de la Semana Mundial de la Inmunología, que se conmemora hasta el 30 de abril, y el día internacional de esta disciplina, que se celebra el 29 de abril, los inmunólogos hacen hincapié en los avances, pero también en todo el campo de las inmunodeficiencias. Al tiempo, quieren poner de relieve la inmunosenescencia, lo que se traduce en los cambios del sistema inmunitario por el envejecimiento.
Las defensas con la edad
Todos tenemos claro que el bebé cuando nace tiene un sistema inmunitario débil e inmaduro, de ahí la importancia de seguir el calendario vacunal para evitar infecciones. A medida que crece, ese sistema se va entrenando y madura. Pero con el envejecimiento, la gente mayor es más propensa a que sus defensas vayan mal.
«Digamos que el niño está debilitado. En la edad adulta estamos con un sistema inmune perfecto y con la senectud va bajando otra vez, se parece al niño que fue», señala a EFEsalud el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Manuel López Hoyos.
De ahí que cada vez se estén implementando más tipos de vacunas para las edades más avanzadas. Si antes se hablaba de la de la gripe ahora ya también de las del neumococo, el herpes zóster o del virus respiratorio sincitial.
«Las infecciones son más frecuentes en los niños que en los ancianos, pero sí que sabemos que en éstos las infecciones son más complicadas y acaban muchas veces en el hospital, cosa que con los niños no ocurre tanto», abunda el inmunólogo.
Por eso, esta edición del Día Mundial de la Inmunología, los expertos quieren poner el acento en eso precisamente, en que la gente mayor se mentalice de que sus defensas están más debilitadas y deben tener en cuenta los programas de vacunación y el calendario de vacunas.
España tiene «buenas tasas de vacunación» pero aún así no hay que dejar de insistir en ello.
El sistema inmune como un balandrista
Pero además quieren llamar la atención en estos días en las inmunideficiencias -cuando el sistema inmune de una persona no es capaz de funcionar correctamente o no funciona- tanto primarias como secundarias, que en este último caso «cada vez son más frecuentes».
Y lo son, señala el presidente de la SEI, a causa de los tratamientos aplicados de base inmunológica, que debilita en cierto modo el propio sistema.
«Cuando tienes una enfermedad autoinmune, alérgica o incluso tumoral y tratada con inmunoterapia estás tocando moléculas de la respuesta inmunitaria y ésta está en un equilibrio muy exquisito», explica López Hoyos.
Tan exquisito que funciona como si fuera «un balandrista» que se encuentra en la cuerda floja.
«Nuestro organismo se defiende de todo aquello que es peligroso pero al tiempo tiene que regularse muy bien. Si se rompe ese equilibrio de defensa tenemos el problema de que el balandrista se puede caer», abunda López Hoyos.
Y eso es lo que ocurre «muchas veces» hoy en día tras tratamientos contra el lupus, las alergias, los linfomas o los trasplantes, entre otros.
Cambio radical de escenario
Pero la inmunología «no es solo infecciones y vacunas», sostiene López Hoyos, sino que supone, según sus palabras, el mejor ejemplo de globalización del cuerpo humano, porque abarca a todos los órganos y a todos los sistemas.
De hecho, una de las funciones principales de la respuesta inmunitaria es su papel en la homeostasis tisular, que regenera los tejidos del cuerpo que se han visto afectados por una «batalla» contra un cuerpo extraño que ha causado una infección, una inflamación o un tumor, entre otros.
«Cuando el sistema inmunitario funciona deficientemente, por ejemplo, una manifestación que puede haber es la alteración en la cicatrización de las heridas», resalta.
Con la pandemia el papel de la inmunología se ha puesto más de relieve, y si antes, en los años 90 esta disciplina no se conocía tanto, incluso se ironizaba con que era una «religión», se ha avanzado tan espectacularmente en las últimas dos décadas que esa frase hecha ya no se dice, porque es una «ciencia» con una aplicación «claramente clínica» que ha cambiado «radicalmente el escenario».
Los trasplantes
Y ha habido avances en trasplantes de órganos, donde la inmunología, ha desempeñado, agrega López Hoyos, un papel «fundamental» al asegurar, con el tipaje HLA (Antígeno Leucocitario Humano), la compatibilidad entre el donante y el receptor y su monitorización posterior que ha permitido aumentar las tasas de éxito.
«Los inmunólogos podemos monitorizar y podemos adelantarnos y predecir a la hora de ayudar a los colegas más clínicos a hacer acciones para prevenir un posible rechazo, para cambiar las pautas de inmunosupresión, etcétera», añade el presidente de la SEI.
El cáncer
Otro campo relevante en el que la inmunología ha protagonizado avances ha sido en el cáncer, un área donde la palabra que más se usa es «inmunoterapia«.
Tratamientos como las terapias con células CAR-T y los anticuerpos monoclonales ofrecen nuevas esperanzas y posibilidades a los pacientes de tipos de cáncer que hace no mucho era considerados incurables.
Son terapias innovadoras que son efectivas para distintos tipos de tumores, como mielomas, linfomas, melanomas o de pulmón, entre otros.
Enfermedades autoinmunes
Pero las terapias celulares también se están aplicando a otras áreas como las enfermedades autoinmunes, como en el lupus, la esclerosis sistémica agresiva, o incluso otras como la esclerosis múltiple o la diabetes mellitus.
«Todo esto tiene una proyección brutal», sostiene López Hoyos en relación a todos los avances en inmunología, que además cada día se aplican más en el diagnóstico.
De hecho, cada vez hay más herramientas en los laboratorio de inmunología de los hospitales «para diagnosticar y predecir patologías con los pacientes».
Las alergias
En el campo de las alergias también la inmunología ha proganizado avances, tanto en la detección como en el tratamiento.
La SEI explica que la introducción del test de activación de basófilos, junto con el estudio de componentes moleculares asociados a las alergias complejas, representan unos de los últimos avances en la alergología.
Y ésto permite un diagnóstico «más preciso» de alergias a medicamentos y reduce «la necesidad de métodos invasivos.
«Son claros ejemplos de como la inmunología contribuye a la mejora de las técnicas diagnósticas y terapéuticas», destaca la SEI, entre otros campos.