Las llamadas aves de corral, como son las gallinas, han tenido una inusitada repercusión debido a la presencia y dispersión del flagelo de la gripe aviar por el mundo en los últimos meses. Sin embargo, existen algunas razas que tienen particularidades físicas que generan asombro, despiertan curiosidad y llaman a la difusión sobre ellas.
Una de las más asombrosas es la denominada como gallina araucana o mapuche, que además de estar presente en muchos gallineros, es una especie de una apariencia única y que pone sus huevos de un color inusual: azules o verdosos.
La gallina araucana o mapuche, muchas veces es considerada, por su docilidad, casi como un animal de compañía. Se trata de un ave muy especial, gracias a su plumaje particular.
Son animales muy sensibles y cercanos al ser humano, lo que los lleva a ser criados cada vez más lejos de los fines comerciales. Sus orígenes son inciertos y responden a diferentes versiones, existiendo algunas creencias míticas sobre sus huevos.
Se supone que la gallina araucana o mapuche proviene de las tribus de esos pueblos originarios que habitaron los territorios de Chile y Argentina. Se trata de un ave muy antigua, de la cual existen registros que datan del año 1500 d.C.
Se dice que los habitantes de esos territorios, crearon esta raza sobre la base de dos razas de gallinas introducidas por los conquistadores. Y, como si fuera poco, para aportar un dato más a la confusión sobre su origen, gracias al análisis del ADN mitocondrial, se fundamenta la creencia de que los huesos de estos pollos ya estaban en América mucho antes de la llegada de los españoles.
Si bien el territorio que originalmente habitó la gallina araucana fue la región ocupada por los pueblos originarios que la crearon, se expandió en la segunda década del siglo XX a Europa y Norteamérica, por la acción de los piratas o mercaderes, que vendían sus distintivos huevos.
La gallina araucana tiene largas plumas en el área de la barbilla y las orejas, por lo que su apariencia suele compararse como si luciera aros o como si tuviera barba. No tiene rabo o cola plumada, debido a mutaciones genómicas.
Además de su particular aspecto físico, el rasgo más relevante a la hora de identificar a esta ave son sus curiosos huevos, que suelen tener un color azul o azul verdoso. Este tono se obtiene gracias a la presencia de un pigmento secretado en el oviducto, lugar donde se provee la cáscara al huevo. El pigmento se conoce como biliverdina y permite que el tono azulado varíe de un huevo a otro.
Cuándo se domesticaron a las gallinas
Lo cierto es que, cuando comenzó el cultivo de arroz seco atrajo, las aves de la jungla, el antecesor de la gallina doméstica, dejaron los bosques para comenzar a vincularse con los seres humanos. De allí solo el tiempo fue el factor necesario que lo llevó a convertirse en uno de los animales más numerosos y populares del mundo luego de miles de años atrás.
Según algunos investigadores, el proceso de domesticación de la gallina se inició alrededor del año 1.500 antes de Cristo, en el sudeste asiático y se expandió desde Asia hacia el oeste.
La gallina fue percibida de diferente forma por las distintas sociedades humanas en los últimos 3.500 años, algunas veces como deidad, otras veces como alimento, pero los primeros comerciantes marítimos griegos, etruscos y fenicios fueron quienes la expandieron a través del Mediterráneo a Europa y recién en el Imperio Romano se popularizó a las gallinas, a los pollos y a los huevos como formas de alimento.
La mayoría de los huesos encontrados por investigadores arqueológicos eran mucho más recientes de lo que se pensaba. Indicando que llegaron alrededor del año 800 antes de Cristo, siendo que la evidencia científica muestra que, durante muchos siglos, las gallinas fueron celebradas, endiosadas y veneradas pero no comidas.