En el hemisferio norte, y sobre todo en las regiones templadas y mediterráneas como España, la primavera se caracteriza por ser el momento en que las plantas brotan, reverdecen y florecen, y el verano es la época en que alcanzan su máximo esplendor y cuando aquellas flores fructifican.
Si bien cada especie tiene sus propios ciclos fenológicos —hay plantas que florecen en invierno—, el patrón general tiende a cumplirse. Y el mes de junio, que marca la transición entre las dos estaciones, es particularmente representativo.
Se inicia un periodo de abundantes frutas, producto de la floración primaveral, combinado con el momento óptimo para la recolección de varias verduras.
La fruta de junio
Aunque ya tuvimos un adelanto en el mes de mayo, los frutos de hueso llegan a su mejor momento en junio. No habrá problemas en encontrar excelentes albaricoques, cerezas, ciruelas, nectarinas, melocotones y paraguayos.
El inicio del verano es también el mejor momento para los frutos rojos. Algunos, como la fresa, llevan ya varios meses disponibles. Otros comienzan a estarlo este mes, y se mantendrán durante todo el verano, como la grosella, la frambuesa o la mora —que tendrá su mejor momento en agosto—
A principios de mes será la última oportunidad para disfrutar de los nísperos más tardíos. Y a finales de mes entrarán dos de las frutas más célebres del verano: el melón y la sandía. La higuera, que tiene dos periodos de fructificación, estarán dando brevas durante junio y julio, aunque para los higos habrá que esperar a agosto. También empieza a estar de temporada la pera. Todo es poco para empezar a refrescar la entrada del verano.
Entre aquellas frutas que están disponibles todo el año, y que son calificadas generalmente como “verduras”, hay muchas que inician su temporada en junio. Ya se puede disfrutar del pepino y el calabacín de temporada, y se mantendrán todo el verano. El pimiento, la berenjena y el tomate también entran en su mejor momento, y se mantendrán productivos hasta bien entrado el otoño.
No deben olvidarse los plátanos de Canarias, una fruta que se cultiva y se obtiene todo el año.
La verdura de junio
Las verduras geófitas —las que crecen bajo tierra— se encuentran en muy buen momento. La patata, la zanahoria, la cebolla y el ajo, aunque suelen hallarse todo el año, actualmente son productos de temporada. También tenemos remolacha y, en menor medida, rábano, aunque su mejor momento aún está al llegar.
Entre las verduras de hoja, la oferta no es tan variada. Aún podemos encontrar acelga y endivia. Es posible que aún se encuentre alguna espinaca tardía, y se puede disfrutar aún de las últimas alcachofas, que no volverán a estar en temporada hasta otoño, y entre las legumbres, la judía verdese encuentra en su mejor momento, y aún podemos encontrar los últimos guisantes de la temporada.
Una guía aproximada que cambia de año a año
Las plantas son seres vivos que dependen mucho de las condiciones ambientales, y las que producen frutas y hortalizas no son una excepción a esta norma. Hay especies que tienen más preferencia por entornos cálidos, y otras que crecen mejor cuando hace frío; también hay plantas más tolerantes a la sequía, y las que prefieren abundante agua. Aunque en los sistemas de producción de regadío esto no suele representar un factor limitante, una sequía prolongada puede llegar a afectar gravemente a la producción de algunas frutas y verduras y, por tanto, a su disponibilidad.
Por otro lado, la geografía española es muy variada; contamos con climas diversos y una orografía compleja que hace que, en cada región, las particularidades meteorológicas sean distintas. Hay plantas que ya están dando frutos en Andalucía mientras que en la provincia de León aún están floreciendo.
En todo caso, esta guía está elaborada a partir de varias fuentes que obtienen datos promedios tanto históricos como geográficos, y las particularidades climáticas locales, así como fenómenos meteorológicos fuera de lo común, pueden alterar la disponibilidad de ciertos productos.