La eterna asignatura pendiente de la cultura económica

Los esfuerzos por mejorar las nociones financieras de los españoles, un factor clave de estabilidad y bienestar social, aún no han logrado avances significativos

ABC.-Las encuestas que se publican sobre el nivel de conocimientos financieros de los españoles muestran, de forma regular, muchas carencias al respecto. Sin ir más lejos, en noviembre del año pasado, el Banco de España publicó los resultados de una pesquisa que mostraban que 8 de cada 10 españoles no eran capaces de responder correctamente a tres preguntas básicas: inflación, tipo de interés compuesto y diversificación del riesgo en bolsa. Un mes después la OCDE dio a conocer los resultados de un estudio comparativo sobre el nivel de la educación financiera en diversos países. Si bien los españoles obtienen ligeramente mejor puntuación que la media en la llamada cultura financiera media, aproximadamente 60% de los encuestados españoles no llegan a alcanzar un objetivo mínimo de educación financiera. «Asimismo, España recibe peor puntuación que la media europea en lo que concierne a los comportamientos financieros adoptados, lo que debería llevarnos a una importante reflexión sobre qué medidas tomar para elevar la cultura financiera del país, reflejada tanto en conocimiento como en comportamientos que lleven al bienestar económico y social», resalta Marta Calvário, socia y advisor de Finance Academy.

La Asociación Española de Banca (AEB) tiene claro que para mejorar estos resultados «es importante que la formación financiera entre en los centros educativos y sea una asignatura que se imparta desde Primaria, que forme parte del currículo de la enseñanza obligatoria. Y también que se hable con normalidad de estos temas en familia». Los últimos datos conocidos muestran un aumento del ahorro de las familias en un escenario de incertidumbre como el actual. «Si la educación es fundamental para progresar a lo largo de la vida, tener buenos conocimientos financieros nos permite tener un mayor control sobre nuestro futuro financiero», añaden.

Elisa Chuliá, investigadora de Funcas, diferencia entre la oferta de educación financiera y el uso que hacemos de ella. «La oferta es muy extensa y ha crecido mucho en las dos últimas décadas. Pero la utilización de esa oferta educativa es bastante modesta. Por tanto, se podría afirmar que el rendimiento de la educación financiera disponible es escaso; a pesar de este cambio en el acceso de contenidos educativos financieros, la cultura financiera de los españoles sigue siendo baja», resalta la también la profesora de Sociología de la UNED. Si bien cree que aumentar la cultura financiera de la sociedad de la manera más eficaz y eficiente posible debería ser el objetivo, reconoce que esto «no se consigue fácilmente en ninguna sociedad».

Recuerda también que existe evidencia indicativa de que introducir la educación financiera en los currículos escolares aumentaría considerablemente el conocimiento y, en consecuencia, las habilidades de adolescentes y jóvenes en estas materias. «Otros países europeos (como los nórdicos, Francia o Portugal) confían más en profesores y escuelas para desarrollar estas competencias entre los estudiantes», afirma Chuliá. Por otra parte, «hay países cuyos sistemas económicos y de protección social incentivan más la responsabilidad individual en el aseguramiento de recursos económicos suficientes a lo largo de la vida, lo que también favorece que la gente aprenda más sobre la administración y gestión de sus finanzas».

La Asociación Española de Banca (AEB) tiene claro que para mejorar estos resultados «es importante que la formación financiera entre en los centros educativos y sea una asignatura que se imparta desde Primaria, que forme parte del currículo de la enseñanza obligatoria. Y también que se hable con normalidad de estos temas en familia». Los últimos datos conocidos muestran un aumento del ahorro de las familias en un escenario de incertidumbre como el actual. «Si la educación es fundamental para progresar a lo largo de la vida, tener buenos conocimientos financieros nos permite tener un mayor control sobre nuestro futuro financiero», añaden.

Elisa Chuliá, investigadora de Funcas, diferencia entre la oferta de educación financiera y el uso que hacemos de ella. «La oferta es muy extensa y ha crecido mucho en las dos últimas décadas. Pero la utilización de esa oferta educativa es bastante modesta. Por tanto, se podría afirmar que el rendimiento de la educación financiera disponible es escaso; a pesar de este cambio en el acceso de contenidos educativos financieros, la cultura financiera de los españoles sigue siendo baja», resalta la también la profesora de Sociología de la UNED. Si bien cree que aumentar la cultura financiera de la sociedad de la manera más eficaz y eficiente posible debería ser el objetivo, reconoce que esto «no se consigue fácilmente en ninguna sociedad».

La importancia de la educación financiera desde la infancia: cómo preparar a nuestros hijos para un futuro económicamente saludable

Recuerda también que existe evidencia indicativa de que introducir la educación financiera en los currículos escolares aumentaría considerablemente el conocimiento y, en consecuencia, las habilidades de adolescentes y jóvenes en estas materias. «Otros países europeos (como los nórdicos, Francia o Portugal) confían más en profesores y escuelas para desarrollar estas competencias entre los estudiantes», afirma Chuliá. Por otra parte, «hay países cuyos sistemas económicos y de protección social incentivan más la responsabilidad individual en el aseguramiento de recursos económicos suficientes a lo largo de la vida, lo que también favorece que la gente aprenda más sobre la administración y gestión de sus finanzas».

 Informar, analizar y opinar con libertad de criterio cobra un valor añadido de denuncia en defensa y protección de valores esenciales de nuestra convivencia.

Tomar medidas

Son muchas las medidas que se pueden llevar a cabo para mejorar los conocimientos financieros de los españoles. Marta Calvário avanza algunas. En primer lugar, «tiene que haber educadores o formadores de calidad, con experiencia y conocimiento real de la materia en cuestión.

El acceso inmediato y gratuito a muchas fuentes de información online muchas veces es arriesgado porque no tenemos un referente de credibilidad», puntualiza. En segundo lugar, «hace falta que formadores y otros agentes económicos como empresas, instituciones y administración pública vayamos de la mano en lo que concierne a elevar la cultura financiera del país, formando a empleados, clientes, alumnos, miembros, es decir, poder generar un impacto real que además vaya de encuentro a los ODS de la Agenda 2030 de la UE», añade.

Recuerda que la educación financiera ya está algo presente en los contenidos de aprendizaje en los colegios, con la nueva Ley Educativa (Lomloe) como un subapartado de Matemáticas «pero confío que queda mucho por hacer, desde las edades más tempranas hasta la edad adulta para que todos como sociedad, demostremos un nivel de cultura financiero saludable y que fomente mejores decisiones económicas a largo plazo», matiza.

Desde su creación Finance Academy ha apostado por enseñar finanzas en español, utilizando la tecnología y a la vez una metodología muy cercana al alumno por parte de profesionales expertos. Recientemente, ha lanzado un nuevo Programa de Finanzas Personales «precisamente con el objetivo de contribuir para el aumento de la cultura financiera en España (y otros países hispano hablantes)», explica la analista.

A través de un planteamiento muy práctico y con la ayuda de profesionales de Coca Cola EP y KPMG, «pretendemos que se puedan resolver los problemas de muchos individuos y familias, a nivel de gestión del dinero, planificación de la jubilación, gestión del presupuesto familiar, alternativas de inversión de los ahorros, entre otros», subraya Marta Calvário. «Nuestro objetivo es que Finance Academy en conjunto con empresas y otras instituciones del país, contribuyan de verdad para el real incremento del nivel de cultura financiera en España. Es vital generar ese impacto y que individuos y familias sepan administrar sus finanzas y con eso mejorar su bienestar y su nivel de vida.

El papel de la tecnología

«La tecnología y la educación cuando van de la mano pueden producir un impacto espectacular», resalta Marta Calvário, socia y advisor de Finance Academy. Recuerda que con la inteligencia artificial se puede generar contenido con más facilidad. «Enseñar o hacer con que alguien aprenda, es decir, generar un impacto real en un interlocutor, no va solo del contenido, sino de la forma como se transmite ese contenido y como empatizamos con la audiencia», añade. Si bien define el rol del formador o profesor como «vital» cree que los resultados del proceso de aprendizaje «pueden ser mucho más significativos si nos apalancamos en la tecnología para transmitir conocimiento». Es más, apuesta por la creación de sinergias importantes con el uso de la tecnología pero «siempre poniendo el foco en el que aprende, en resolverle sus problemas concretos, ofertando soluciones prácticas y aportando confianza».

Javier Niederleytner, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), se lamenta de que España sea un país «demasiado cortoplacista, donde la educación nunca ha sido un tema de excelencia sino de ideología. Y la economía no se ha tratado como un tema primordial». Si bien se ha avanzado algo en los últimos años, no ha sido suficiente. «Ya hay colegios donde se estudia algo de economía, y yo creo que debería ser una materia obligatoria», resalta. En su opinión, una buena edad para empezar a formase en esta materia sería a partir de los 14 o 15 años. 

«En los últimos cursos de educación primaria, y no abandonar esta materia en Bachillerato», apunta. Este centro tiene presencia en los colegios y dan cursos de introducción a la economía. «Igualmente promocionamos un concurso de bolsa con sesiones de formación incluidas», indica Niederleytner.

Algunos expertos ven necesario que la economía sea una materia obligatoria en Bachillerato

AEB también destaca el hecho de que la educación financiera permite tomar mejores decisiones y estar preparados ante diferentes escenarios. «Y esto ofrece una base de confianza que refuerza, por ejemplo, el emprendimiento y facilita la innovación. A medida que la sociedad avanza en la digitalización y la globalización, resulta más esencial entender cómo funciona la economía y los conceptos financieros básicos», resalta la patronal.

Este organismo potencia la colaboración en formación financiera y capacitación digital con fundaciones y asociaciones privadas y públicas. «La cooperación dentro del sector nos llevó hace un año a crear la web ‘Aula Financiera y Digital’, plataforma que aglutina la oferta de formación que bancos y asociaciones ofrecemos a personas de diferentes edades», indica la entidad. Además, cumplen ahora 10 años del programa ‘Tus finanzas, tu futuro’ con la Fundación Junior Achievement. Durante este periodo más de 4.800 voluntarios trabajadores de banca han impartido clases a 60.000 estudiantes en colegios de toda España. También tienen programas de formación para mayores en colaboración con Secot, Cruz Roja y Somos digital, entre otros. Y este año con la Fundación Once participan en su programa Unidiversidad con voluntarios de la AEB y dirigido a jóvenes con discapacidad intelectual.

Coherencia

Por su parte, la investigadora de Funcas señala que «una sociedad formada por gente que toma decisiones coherentes con sus propósitos es una sociedad más satisfecha y que, en general, funciona mejor». Por eso mejorar la cultura financiera podría redundar en beneficio del ahorro de los hogares y, en definitiva, «de su tranquilidad ante contingencias diversas», subraya. Por otra parte, «podría facilitar el acceso a recursos para la inversión, la innovación y la generación de empleo productivo y riqueza por parte de empresas y emprendedores».

Defiende que tan pronto como las niñas y los niños dispongan de habilidades cognitivas suficientes para entender cómo se adquiere y usa el dinero, los adultos deberían plantear estas cuestiones en las conversaciones familiares. «Se puede fomentar la responsabilidad en el uso y la administración del dinero mediante pagas semanales», dice. Y apuesta por que la educación financiera de niños y jóvenes se enmarque en un debate más amplio sobre la educación general.

Como subraya Marta Calvário, al final, todos necesitamos recursos para vivir. Por definición, tenemos necesidades ilimitadas frente a una cantidad de recursos finitos. «Desde muy temprano, nos acostumbramos a que todo tiene un precio, aunque cuando somos pequeños, no lo definamos así». Una vez que todos tenemos que hacer opciones en algún momento de nuestras vidas. «Sería muy positivo para la sociedad apostar más por la educación financiera. Si sembramos hoy, recogeremos mañana. Transformemos nuestras finanzas y nuestras vidas», subraya.