En la década de los 70, las abejas vivían en torno a un mes.Las abejas actuales apenas viven dos semanas. El descenso de la esperanza media de vida de 34,4 días a 17,7 es solo el último dato preocupante sobre una especie de la que depende todo el medio ambiente, incluidos nosotros.
El reciente hallazgo se produjo cuando un equipo investigaba cómo les iba a las abejas criadas en cautividad cuando se les suministra diferentes tipos de agua (desionizada, desionizada con una pizca de sal y del grifo). Descubrieron que proporcionar a las abejas diferentes tipos de agua, en lugar de solo jarabe de azúcar, prolongaba la vida media de los animales.
Sin embargo, durante la documentación del estudio, el equipo descubrió la sorprendente diferencia entre la vida útil de las abejas melíferas modernas y la vida útil documentada en la década de 1970. “En nuestras pruebas estamos aislando a las abejas de la vida de la colonia justo antes de que emerjan como adultas, por lo que sea lo que sea que esté reduciendo su vida útil, lo está haciendo antes de ese punto”, explicó en un comunicado Anthony Nearman, entomólogo de la Universidad de Maryland y autor principal del estudio.
Las abejas melíferas son piezas fundamentales en la mayoría de los ecosistemas del planeta debido a su papel en la polinización. La polinización ayuda a las plantas a dispersarse y propagarse, y mantiene la diversidad genética de las poblaciones vegetales. Ahora, parece que puede ser la propia falta de diversidad genética de las abejas es lo que las está perjudicando.
“Nuestro descubrimiento introduce la idea de un componente genético”, agregó Nearman. “Si esta hipótesis es correcta, también apunta a una posible solución. Si podemos aislar algunos factores genéticos, entonces tal vez podamos criar abejas melíferas más longevas”.