Un grupo de investigadores ha publicado un nuevo estudio donde afirman haber conseguido sintetizar cantidades masivas de cocaína de forma rápida y económica. ¿Cómo? Alterando genéticamente un tipo de planta de tabaco para producir la materia blanca.
Para hablar de la cocaína hay que hablar del origen natural de la misma, la planta de coca. La cocaína es un alcaloide tropano que, si bien es conocida por su potencial de abuso, también es una sustancia de lo más interesante para los científicos médicos. Ello se debe a que en el pasado se ha usado con éxito como anestésico para cirugía ocular. De hecho, hace poco la FDA aprobó el uso de la cocaína como anestesia tópica de las membranas mucosas.
Ocurre que para sacarle el mayor potencial, los investigadores necesitaban estudiar y aprender más sobre las propiedades medicinales del estimulante, y para ello primero debían familiarizarse con su biosíntesis. De hecho, en el pasado ya intentaron aprender más sobre esto mediante el estudio de un alcaloide de tropano similar llamado hiosciamina, que, como la cocaína, se crea a partir del precursor químico 4-(1-metil-2-pirrolidinil)-3-oxobutanoico.
Precisamente, los resultados de esta vía llevaron a la nueva investigación, donde los científicos afirman que, a diferencia de la hiosciamina, el polvo blanco no se produce a partir de MMPO. En cambio, MPOA se convierte en cocaína gracias a la actividad de dos enzimas denominadas EnCYP81AN15 y EnMT4.
Para llegar hasta este punto, el equipo alteró genéticamente un pariente de la planta del tabaco con el que producir estas dos enzimas, lo que resultó en la síntesis de cocaína en las hojas de la planta. Aclaran también que aunque la cantidad producida fue mucho menor que la observada en las plantas de coca, el hecho de que ahora se haya desbloqueado la biosíntesis de la cocaína abre la posibilidad de producir la droga en masa en otros organismos como la E.coli.
Y sí, suena peligroso por motivos obvios, pero como explica el estudio, es poco probable que el avance tenga algún impacto en el tráfico ilícito de cocaína, ya que el proceso de alterar genéticamente otra planta o microbio para sintetizar la droga está mucho más allá de las capacidades incluso de los cárteles más sofisticados.