La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, anunció la incorporación de influencers, podcasters y creadores de contenido en su sala de prensa. Estos nuevos medios ocuparán un área designada, sin afectar los espacios reservados para medios tradicionales. Además, se restablecerán credenciales revocadas previamente.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt , anunció un cambio significativo en la dinámica de la sala de prensa al incluir a influencers , podcasters, blogueros y creadores de contenido entre los asistentes con acceso directo a las ruedas de prensa. Esta iniciativa busca reflejar la creciente influencia de los nuevos medios en la comunicación moderna y democratizar el acceso a la información.
Leavitt explicó que los medios tradicionales seguirán ocupando los 49 asientos de la sala, pero los creadores de contenido y periodistas independientes se ubicarán en un espacio adicional denominado el «nuevo asiento de medios» . Este cambio, señaló, «abre la sala de prensa a nuevas voces mediáticas que producen contenido informativo y que no están representadas actualmente en los asientos asignados».
Los asistentes tradicionales, como Associated Press, NBC, Fox, CBS, ABC, CNN , y grandes diarios como The Wall Street Journal y The New York Times , mantendrán sus posiciones en las primeras filas. Sin embargo, el primero en preguntar en la rueda de prensa inaugural del segundo mandato de Donald Trump será Breitbart News , seguido por Axios , marcando un giro hacia medios no tradicionales.
Leavitt también anunció que la Casa Blanca restablecerá las credenciales de prensa de los 440 periodistas cuyos pases fueron revocados durante la administración de Joe Biden. Esto representa un esfuerzo por ampliar el acceso y fortalecer la pluralidad en la cobertura informativa.
La sala de prensa de la Casa Blanca, nombrada en honor a James S. Brady , quien fue herido en el intento de asesinato contra Ronald Reagan en 1981, se adapta así a las demandas de una era mediática en evolución. Este movimiento refuerza la idea de que la comunicación gubernamental debe evolucionar para incluir a los actores que influyen en la opinión pública a través de plataformas digitales.