El esperado retorno de Kevin Durant, sobre todo porque los Nets no levantan cabeza desde su lesión, llegó anoche recibiendo a los Heat en el Barclays Center. La estrella de los neoyorquinos jugó como nos tienes acostumbrados –como si nunca hubiese estado lesionado–, pero no fue suficiente para doblegar a unos Heat que se siguen mostrando como uno de los conjuntos más sólidos de la NBA.
La historia pudo ser distinta si Durant, quien acabaría con 31 puntos, tuvo un triple en sus manos con poco menos de un minuto por jugar para poner por delante a su equipo. Erró y la balanza se decantó a favor de los de Florida; eso sí, quedó claro que con él en pista los Nets son una amenaza para cualquier rival.
«Me sentí muy bien. Iré a mejor poco a poco y cada vez me sentiré más cómodo ahí fuera», expresa KD, quien no jugaba desde el pasado 15 de enero por un esguince de ligamentos en la rodilla izquierda.
El final de partido fue apretado, pero por momentos los neoyorquinos parecían tenerlo todo perdido. Pese a que en la primera mitad llegaron a dominar por 16 puntos, en la segunda todo dio la vuelta hasta el punto de que los Heat estaban 12 puntos arriba con poco más de cuatro minutos por jugar. Los chicos de Steve Nash hicieron un esfuerzo final que casi les sale bien, pero finalmente se fueron con un derrota que les deja con 32-32.
Junto a Durant, en los Nets brillaron tanto Bruce Brown, con 21 puntos, como Patty Mills, quien desde el banquillo se marchó hasta los 14 tantos con un 4 de 5 en triples.