n un acontecimiento digno de un guion cinematográfico, una joven pareja de Lanús, Buenos Aires, Argentina, se vio involucrada en un elaborado plan de secuestro falso. El chico de 19 años y su novia de 17 habían solicitado un viaje a través de la aplicación Uber para dirigirse al centro comercial Alto Avellaneda. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando dos hombres emergieron del maletero del vehículo, subieron al auto y, bajo amenazas, llevaron a la pareja a un lugar desconocido.
Lo que en un principio parecía un secuestro auténtico resultó ser una farsa meticulosamente orquestada por el propio novio de la adolescente, junto con al menos seis cómplices. El objetivo del grupo era extorsionar a la familia de la joven, exigiendo un rescate de 500,000 dólares para su liberación y la del muchacho. En la fase inicial del plan, los delincuentes consiguieron obtener 40,000 dólares y cinco millones de pesos argentinos.
Sin embargo, el engaño no perduró. Gracias a una exhaustiva investigación liderada por el fiscal federal de Lomas de Zamora, Sergio Mola, y con el apoyo de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Avellaneda-Lanús, las autoridades lograron desmantelar la operación. En poco más de un mes, cinco de los siete miembros de la banda fueron detenidos, incluyendo al joven que había traicionado a su propia novia.
Las indagaciones revelaron que el joven había solicitado un vehículo a través de Uber pero canceló el viaje minutos después. En vez de pedir otro auto, contactó a sus cómplices para que los recogieran a él y a su novia en un Volkswagen Suran. Este suceso pone de manifiesto la sofisticación y peligrosidad de las estafas de secuestro, resaltando la importancia de la vigilancia y la pronta actuación de las autoridades ante casos de extorsión.