Israel dijo que revisaría sus tácticas en la guerra de Gaza tras la muerte de siete cooperantes en ataques aéreos, que su ejército ha reconocido como un grave error, y que los resultados de la investigación se harían públicos en breve.
El incidente del lunes avivó la ira occidental ante el creciente número de víctimas civiles en el enclave palestino, especialmente porque entre el personal de World Central Kitchen asesinado había ciudadanos australianos, británicos y polacos, además de uno con doble nacionalidad estadounidense y canadiense.
Según Naciones Unidas, al menos 196 trabajadores humanitarios han muerto en Gaza desde octubre.
Los dirigentes israelíes han expresado su pesar por lo que el ejército calificó de “grave error” tras la identificación errónea de un convoy de la WCK por la noche en una compleja zona de combate.
El fundador de la organización benéfica, el chef José Andrés, afirmó que el convoy fue atacado “sistemáticamente” a pesar de que los militares israelíes conocían los movimientos de su personal.
Cuando se le pidió que respondiera, la portavoz del gobierno israelí, Raquela Karamson, dijo durante una rueda de prensa: “Esto no fue intencional”.
“Está claro que algo salió mal aquí, y a medida que sepamos más y la investigación revele exactamente lo que sucedió, y la causa de lo que sucedió, sin duda ajustaremos nuestras prácticas en el futuro para asegurarnos de que esto no vuelva a suceder”.
Karamason dijo que la publicación de las conclusiones de la investigación podría tardar semanas, pero el principal portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, pareció dar un plazo mucho más corto.
El informe preliminar del Ejército israelí sobre el suceso, publicado ayer miércoles, concluyó que el ataque contra el convoy humanitario de WCK no tuvo la “intención de dañar a los trabajadores humanitarios” y se debió a una “identificación errónea”.