La justicia iraní ejecutó a un hombre el sábado por ser declarado culpable de haber cooperado con el Mossad, los servicios de inteligencia israelíes. La ejecución se llevó a cabo en la prisión de Zahedan, capital de la provincia de Sistán-Baluchistán, y el hombre fue condenado por cooperación en materia de inteligencia y espionaje a favor de Israel, recogida de información clasificada y propaganda a favor de grupos y organizaciones opuestas a Irán.
Irán y Israel tienen una relación hostil, y se han acusado mutuamente de sabotajes, asesinatos y espionaje en el pasado. Irán no reconoce a Israel como un estado legítimo y considera a Israel como su archienemigo.
Sistán-Baluchistán, la provincia donde se llevó a cabo la ejecución, ha sido escenario de frecuentes enfrentamientos entre las fuerzas del orden y grupos armados. La región ha experimentado problemas de seguridad y violencia en el pasado.
Según grupos de derechos humanos, Irán es uno de los países que más ejecuciones lleva a cabo anualmente, solo superado por China en términos de cantidad de ejecuciones. Hasta finales de octubre de ese año, se informó que más de 600 personas habían sido ejecutadas en Irán en ese año, la cifra más alta en ocho años, según el grupo Iran Human Rights con sede en Noruega.