El Ministerio de Sanidad de Países Bajos está investigando cómo un ciberdelincuente ha podido crear un “pase COVID” con un código QR válido a nombre de Adolf Hitler, que se ofrecía como ejemplar fraudulento en un foro de comercio de este documento digital que permite el acceso de personas vacunadas a lugares restringidos.
La existencia de este código QR falso salió a la luz gracias a una investigación periodística del canal neerlandés RTL Nieuws, lo que ha provocado preocupación entre los empleados del ministerio, que pensaban que el “pase COVID” era un sistema extremadamente seguro.
Al escanear el código QR en la aplicación oficial del Gobierno, arrojó un resultado en color verde, lo que indica que esa persona está libre de COVID-19, a pesar de que el código usaba el nombre del dictador alemán fallecido y de dar su fecha de nacimiento como el 1 de enero de 1900.
La investigación ministerial se centra ahora en cómo se creó un código QR válido y qué medidas habría que tomar para combatir esta forma de fraude.
El código a nombre de Adolf Hitler ha sido distribuido por un ciberdelincuente en un foro de internet para demostrar sus servicios de que podía crear un código QR a nombre de cualquier persona y válido en todos los países de la Unión Europea (UE) por reconocimiento recíproco.
RTL se puso en contacto con el vendedor y asegura que le indicó que es capaz de crear un pase covid al nombre y fecha de nacimiento que elija por 300 euros, un comercio ilegal y punible en Países Bajos.
Además, afirmó que solo puede obtener códigos QR de Polonia y Francia, lo que podría indicar varios escenarios, incluido que un empleado de las juntas de sanidad de esos dos países sea quien cree estos pases, aunque el ministerio neerlandés toma en cuenta una opción más grave: que las claves secretas de los códigos QR franceses y polacos hayan sido robadas. Si este es el caso, todos los pases COVID de esos dos países tendrían que volver a emitirse.
En septiembre, un joven de 20 años fue arrestado en Países Bajos como sospechoso de fraude con códigos QR, lo que llevó también a suspender a varios empleados de las juntas de sanidad neerlandesas por su posible participación en la creación de esos códigos.