Ángeles Durán, una mujer de Salvaterra do Miño, en la comarca de Vigo, Galicia, España, se proclamó dueña del Sol en 2010, aprovechando un vacío legal y basándose en una figura jurídica llamada «usucapión». La historia se hizo famosa cuando un notario levantó un acta oficial que certificaba que Durán se declaraba dueña del Sol. Aunque el notario se rió al principio, consultó con su colegio profesional y emitió el acta.
Durán argumentó que, debido a un convenio internacional que prohíbe a los países apropiarse de planetas, esto no se aplicaría a los particulares. Además, utilizó la usucapión, una figura legal que permite adquirir el derecho real sobre algo que se ha disfrutado durante cierto tiempo. Durán argumentó que disfrutaba de los rayos del Sol todos los días y que, por lo tanto, tenía derecho a reclamar su propiedad.
Además de proclamarse dueña del Sol, Durán registró otros elementos curiosos en el registro de la Propiedad Intelectual, como el grito de Tarzán y «la partitura más larga del mundo». También intentó vender parcelas del Sol en eBay, pero la plataforma bloqueó la venta y enfrentó un litigio legal con Durán que finalmente fue desestimado.
A pesar de su proclamación, nunca pudo ejercer ningún control real sobre el Sol ni obtener beneficios económicos de su supuesta propiedad. Su historia llamó la atención de los medios de comunicación de todo el mundo y se convirtió en un caso curioso de los límites de la legalidad y la propiedad en el espacio exterior.