Arrecian las críticas al mandatario por su insistencia en defender al escritor denunciado por acoso.
La negativa de Panamá de aceptar al escritor Pedro Salmerón como embajador de México provocó una polémica diplomática en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador fue calificado como «infantil» por quejarse de la decisión de la canciller Erika Mouynes, a quien acusó de haber actuado como si fuera de «la Santa Inquisición».
El escándalo ha continuado a pesar de que el nombramiento se frenó y de que López Obrador ya propuso a la senadora Jesusa Rodríguez como sustituta de Salmerón, quien enfrenta denuncias por acoso sexual por parte de alumnas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), una de las universidades privadas más caras de México, en donde el autor era profesor.
A pesar de que organizaciones feministas se movilizaron para pedirle que no designara como embajador a un personaje que está involucrado en múltiples denuncias por acoso, López Obrador mantuvo en firme su decisión.
Esta semana, el presidente reveló una carta en la que Salmerón ofreció declinar el cargo, aunque en realidad el Gobierno de Panamá, a través de la ministra de Relaciones Exteriores, ya había advertido que no le otorgaría su beneplácito debido a las acusaciones.
«El actual linchamiento ha rebasado nuestras fronteras, justo cuando la política exterior mexicana ha tomado un nuevo liderazgo en América Latina (…) Sobre estas dolorosas acusaciones he reflexionado y callado durante meses. Ahora empezaré a escribir sobre los temas relacionados contra mi persona y mi dignidad, tomando en cuenta los aspectos fundamentales que hoy debaten mujeres y hombres, llamando a construir nuevas masculinidades», advirtió el escritor en la misiva.
López Obrador ratificó entonces su apoyo a Salmerón y descalificó a Mouynes. «Lo propusimos para embajador en Panamá y, como si fuese la Santa Inquisición, la ministra o canciller de Panamá se inconformó, que porque estaban en desacuerdo en el ITAM. Lo lamento muchísimo porque es la tierra de Omar Torrijos, que le devolvió la soberanía a Panamá, pero Omar Torrijos pensaba de otra forma», señaló.
También le recomendó a Mouynes que leyera «El General», escrito por Graham Greene, y en el que, según el mandatario, periodistas y otras personas se convirtieron en inquisidores de Torrijos porque le exigían que se definiera si era marxista. «Sin duda hay un componente conservador en todo esto«, acusó al anticipar que le gustaría que Salmerón se convierta en su asesor y escriba la historia de los fraudes electorales en México.
Reacciones
Una de las respuestas más contundentes la ofreció el expresidente panameño Ernesto Pérez Balladares (1994-1999). «La actitud del señor López Obrador en cuanto a la designación de su representante en nuestro país es infantil», dijo el exmandatario en sus redes sociales, lo que alimentó la controversia.
La periodista Sabrina Bacal, por ejemplo, advirtió que López Obrador mostraba «malcriadez» y parecía un «despechado».
«Hablar de un linchamiento es no entender quién es el victimario y quiénes son las víctimas, es ponerse de lado del victimario, y decirle a la canciller que es parte del linchamiento y de una Santa Inquisición es también parte de este de este lenguaje machista», explicó.
La exdiputada y exprimera dama de Panamá, Teresita Yániz, afirmó que las mujeres de su país respaldan a la canciller ante los ataques de López Obrador. «Aquí nos sobran abusadores y pillos y si quiere le mandamos. También es cierto que a él no le faltan», dijo.
Por otra parte, la designación de Rodríguez en lugar de Salmerón también provocó una oleada de críticas debido a la falta de experiencia diplomática de la senadora, cuya permanencia dependerá ahora de que la canciller panameña sí le otorgue el beneplácito que le negó al escritor.