Igualdad salarial y lucha contra el feminicidio: el paquete de medidas de Lula en el Día de la Mujer

La igualdad salarial entre hombres y mujeres en el trabajo fue una de las promesas de campaña del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva. Este miércoles, dos meses después de su llegada al poder, el Gobierno presentará un proyecto de ley junto a otras más 20 iniciativas con motivo del Día Internacional de la Mujer.

En Brasil, las mujeres representan el 51,1 % de la población y un 52, 65 % del electorado, y fueron determinantes en la victoria del mandatario frente al ultraderechista Jair Bolsonaro, que dejó un legado de retrocesos en políticas públicas para este sector.

Lula tiene claro la importancia del electorado femenino: según el sondeo de Quaest de febrero, un 44 % de las mujeres considera positivo su gobierno, frente al 37 % de hombres.

«Es inadmisible que a las mujeres se les pague menos que a los hombres por realizar la misma función, que no sean reconocidas en el mundo político machista, que sean acosadas impunemente en las calles y en el trabajo, que sean víctimas de violencia dentro y fuera de casa», comentó Lula el 1 de enero, durante su toma de posesión.

El presidente nombró a 11 ministras de un total de 37 carteras, y aunque todavía no hay paridad, esto ha supuesto un récord histórico en un país en el que las mujeres han tenido tradicionalmente muy poca representación en la política.

Y más si se compara con el gobierno anterior, donde en 2021 solo dos mujeres estaban al frente de un total de 19 carteras. En las elecciones a la Cámara de Diputados para este 2023 fueron electas más diputadas que en la anterior legislatura, aunque siguen siendo muy pocas: 91 de 513, menos del 18 %. En el Senado el panorama es más sombrío: ahora hay 10 senadoras, frente a las 12 que había en 2019.

Lula también volvió a poner en funcionamiento el Ministerio de Mujeres –extinto en 2016, durante el gobierno de Michel Temer–, que encabeza Cida Gonçalves, una especialista en género y violencia contra las mujeres.

Otras de las ministras más influyentes en la lucha feminista del nuevo Gobierno es Simone Tebet, quien fue la gran sorpresa de las elecciones al convertirse en la tercera candidata más votada en la primera vuelta.

Tebet, actual ministra de Planificación y Presupuesto, dio su apoyo a Lula con la condición de crear una ley de equiparación de salarios entre hombres y mujeres, que es la que ahora verá la luz. En realidad, ya existe una ley sobre este asunto, pero no se cumple y las multas por no hacerlo son mínimas.

Feminicidio
A diferencia de las anteriores primeras damas de Brasil, Rosangela Silva, conocida como Janja, protagoniza una intensa actividad en el gobierno. Afiliada desde los años 80 al Partido de los Trabajadores (PT), es una declarada feminista y a ella se le atribuye parte del nuevo enfoque de género de la administración.

«Tu trabajo, Cida, será como el de una capitana, guiándonos para dar la vuelta al juego contra el machismo y la misoginia», escribió en un carta a la ministra de la Mujer cuando esta asumió el cargo.

Durante una reunión previa al Día Internacional de la Mujer, Janja aseguró que pondrá «todas sus fuerzas» en la lucha contra la violencia de género. «Disminuir el feminicidio, llegar a cero. Así como acabar con el hambre, tal vez [reducir los feminicidios también] sea una obsesión del presidente Lula», aseguró.

Los últimos estudios publicados esta semana apuntan que el 28,9 % de las mujeres en Brasil fueron víctimas de algún tipo de agresión en 2022. El perfil más frecuente es el de las mujeres negras de entre 25 y 45 años.

En el gigante sudamericano, dos mujeres son violadas cada minuto, pero se denuncian solo un 8,5 % de los casos, y 495 fueron víctimas de feminicidios perpetrados, en un 75 % de las veces por sus parejas o exparejas.

En la prensa abundan noticias de asesinatos por violencia doméstica o videos –captados por vecinos, transeúntes o por cámaras de seguridad– con agresiones brutales, como uno divulgado hace dos semanas en el que se ve a un hombre propinándole puñetazos y bofetadas en la cara a su mujer tirada en plena calle. También son muchos los relatos escalofriantes de mujeres denunciando los ataques sufridos.

Reducción de recursos
El Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc) calcula que durante la gestión de Bolsonaro hubo una reducción de un 94 % de los recursos para políticas de combate a la violencia contra la mujer.

Entre 2020 y 2023, años que abarcan los proyectos presupuestarios enviados al Congreso por el gobierno anterior, fueron destinados 22,96 millones de reales (unos 4,2 millones de dólares). Entre 2016 a 2019, el monto fue de 366,58 millones reales (unos 70 millones de dólares).

Para 2023, la administración de Bolsonaro solo había propuesto 13 millones de reales (2,5 millones de dólares).

Entre las medidas que lanzará el Gobierno será la Construcción de Casas de la Mujer Brasileña, un programa que nació en 2015 durante el gobierno de Dilma Roussef –la única presidenta que ha tenido Brasil– y que atiende a las mujeres víctimas de violencia de género, en las principales capitales y en el interior del país.

Además, se abrirán oficinas de fabricación de absorventes femeninos en las cárceles, también se repartirá este producto de manera gratuita en el Sistema Único de Salud (SUS) y se reforzarán los canales para atender las denuncias de violencia.

Del mismo modo está previsto que se anuncie la creación del «Día Nacional Marielle Franco contra la violencia política», en homenaje a la concejala negra y feminista, cuyo asesinato en 2018 conmocionó al país entero y que a día de hoy todavía no ha sido resuelto.

Su hermana, Anielle Franco, nombrada por Lula ministra de Igualdad Racial, ha sido elegida recientemente una de las 12 mujeres del año por la revista Time.

«Este reconocimiento no es solo mío, es de todas las mujeres negras de Brasil. Llego junto a todos ellos y el Movimiento Negro. Soy la primera, pero no seré la única. Que este hito sea un nuevo comienzo para nuestra historia y el reconocimiento de toda nuestra lucha», afirmó.