He probado los trucos que la OCU recomienda para no pasar frío en casa sin gastar luz y esto es lo que me ha pasado

Cuando llega el invierno y los primeros fríos hacen acto de presencia, es el momento de preparar nuestro hogar para que tenga la temperatura óptima de forma que resulte confortable. Lo habitual es tirar de dispositivos que permitan caldear el hogar, pero viendo el precio al que está la energía, hay otras alternativas que nos pueden facilitar un importante ahorro en la factura de cada mes.

Se trata de soluciones prácticas, algunas de ellas muy fáciles y lógicas a la hora de implementar, que permiten facilitar el que nuestra casa o una habitación conserven la temperatura adecuada. Controlar las pérdidas de calor y que entre frío de la calle con unos métodos que todos podemos aplicar en casa y que reflejan en la OCU para ahorrar en la factura. Y siguiendo estos pasos, esta ha sido mi experiencia.

Antes de continuar, he de decir que en honor a la verdad, cuando hace cinco años hicimos la reforma en casa, invertimos bastante dinero en mejorar aislamientos, tanto en forma de ventanas, como muros, techos y puertas. Con esta inversión, importante por otra parte, logramos que en casa la temperatura media no baje en invierno de los 17° y eso teniendo en cuenta que en mi ciudad la temperatura invernal suele ser baja.

Partiendo de esta base, la idea es la de mantener una buena temperatura en casa sin tener que usar la calefacción, ya sea en mi caso por medio de los radiadores, bomba, de calor o tirando de una estufa.

En la primera idea es aprovechar la luz natural y el sol. Si nuestra vivienda tiene alguna de las habitaciones orientadas de forma que reciban luz natural, debemos dejar las persianas subidas y las ventanas cerradas, para que el sol haga de radiador natural. De esta forma, el astro rey lograra que nuestra casa tenga una especie de efecto invernadero, al menos en las horas, en las que los rayos de sol son más fuertes inciden de forma directa.

En mi caso, y dejando un lado estos días de agua, es al mediodía cuando el sol incide en invierno de forma intensa, en salón y habitación. Una buena forma de poner en práctica este sistema que comentan en la OCU de crear una especie de invernadero con la luz solar. En ese rato, aproximadamente una hora y media, las persianas están subidas y las ventanas cerradas, de forma que basta sólo poner la mano en el parqué o acercarse a esa parte de la habitación, para notar como la temperatura es más elevada.

Y relacionado con las ventanas, es importante ventilar la casa. Lo mismo que para refrescarla en verano, evitar el vaho en los cristales o la aparición de humedades, en casa abro las ventanas cuando me levanto y así ayudo a que se depure el aire, renovándose en el interior para luego, al cerrarlas, volver a crear un espacio sellado que no pierda temperatura, puesto que no es necesarias abrirlas el resto del día.

Si los cierres y ventanas son buenos, esta medida es prescindible, pero en caso de que no ajusten bien, una buena idea es usar burletes en puertas y ventanas. De hecho, ya vimos un ejemplo en este accesorio que vende Lidl. Son unas pequeñas piezas de plástico que se ponen en la puerta o en la ventana y que tapona la entrada de aire, impidiendo que se pierda calor por una parte y al mismo tiempo taponando la entrada de aire frío del exterior. En casa, de hecho, pusimos un burlete que sirve como sellador de la puerta del piso para impedir que entre aire frío.

Además, un buen método que siempre es efectivo, es cerrar las puertas de las habitaciones en las que no hacemos vida. Y me explico. En mi caso por ejemplo, yo hago la vida en el salón y en la habitación, dejando una parte de la casa, casi sin uso. Por eso cierro esas puertas de forma que el calor quede retenido en las zonas «habitadas» sin que se produzca un efecto trasvase.

Hasta en la habitación en la que duerme mi perrita, cierro la puerta para que el calor quede más recogida. Y por ejemplo, cuando estamos en el salón por la noche, viendo la tele, cerramos la puerta que lleva al pasillo para que el calor generado no se pierda en un espacio desaprovechado.

En mi caso particular, tengo parqué en casa y una mascota, lo que arroja una combinación peligrosa si quiero usar alfombras. El suelo está bien aislado y como las canalizaciones de la calefacción pasan por debajo, cuando la uso de forma puntual logró un efecto de suelo calefactado.

No obstante, en casa de mis padres, donde usan mármol en el suelo, sí que emplean alfombras. Es más, tras leer estos consejos, la idea fue llevar también las alfombras a otras habitaciones en las que juegan mis sobrinos para que pudieran estar en el suelo sin tener que pasar frío y no tener que poner la calefacción. De hecho, incluso en el piso de la playa, se decidieron a poner alfombras para lograr un ambiente más acogedor y cálido.

Con el uso de alfombras y con la llegada del frío, las habitaciones, pasillo y salón, están cubiertos y no permiten el contacto con el suelo, de forma que se mitiga el frío que transmite el suelo de la casa y se logra una mayor calidez y por ejemplo, los niños pueden jugar sólo con los calcetines sin pasar frío. Además, es un remedio económico que al mismo tiempo sirve para completar la decoración de casa.

En la OCU recomiendan usar cortinas de color oscuro. Y en este apartado tengo que discrepar, al menos por mi experiencia. Es cierto que, en invierno, emplear cortinas con tonalidades oscuras pueden favorecer la absorción de la radiación solar, pero en verano, en una ciudad como la mía, con temperaturas extremas, emplear este tipo de cortinas puede convertir la casa en un horno. En mi caso empleo estores de colores claros, pensando sobre todo en el verano y es que no es cuestión de cambiar el color de las cortinas en función de la época del año en la que nos encontremos.

Una medida de ejemplar que siempre he seguido, es usar la ropa adecuada. Igual que en verano no pongo el aire acondicionado y voy con manga larga, en invierno tampoco pretendo ir en casa en manga corta y pantalón corto y de esta forma verme casi obligado a encender la calefacción.

Según la OCU, bajar el termostato desde los 24ºC a los 21ºC, te hará ahorrar un 20%. Y es que cada grado menos se traduce en un 7% menos en la factura. Una manga larga, calcetines, zapatillas de paño, incluso un batín, pueden ser el mejor aliado para ahorrar en la factura de la luz. El pijama, de manga larga o la ropa de estar en casa abrigado, es algo que nunca falta en mi armario.

Si tienes radiadores en casa, lo mejor que puedes hacer es prepararlos antes e usarlos. Se trata de hacer que funcionen de forma eficiente y para eso lo ideal es purgar los radiadores y de paso y si es posible, realizar una revisión de la caldera. De hecho, es algo que ya he hecho este año en casa aunque sólo he usado la calefacción una vez.

Al purgar el aire de los radiadores, se logra mejorar el rendimiento de la caldera y que el calor se distribuya de forma uniforme por toda la superficie del radiador.