Tras saltar a la fama como integrante de One Direction, sus integrantes tuvieron que alinearse a una serie de reglas muy estrictas pensadas para no proyectar una imagen demasiado adulta.
Zayn Malik, el primero en abandonar la formación, confesó en su momento que no le estaba permitido dejarse la barba y, por supuesto, hablar de sexo estaba totalmente prohibido.
En consecuencia, esa parte de su vida personal era una de las pocas que se esperaba que no compartieran con nadie y que, en el caso de Harry Styles, era la única que sentía que era sólo suya.
Irónicamente, también se convirtió en el origen de mucha vergüenza e inseguridades porque no sabía en quién podía confiar, tanto para compartir su cama como para realizar confidencias acerca de su vida amorosa.
«Me sentí tan avergonzado por ello, avergonzado por la idea de que la gente supiera que estaba manteniendo relaciones sexuales, y mucho menos con quién», explicó Harry para luego reflexionar acerca de esos sentimientos durante el período de confinamiento.
«Decidir en quién podía confiar era estresante», decía al tiempo de pensar en que pesaba mucho el hecho de que había firmado contratos que incluían cláusulas que permitirían romperlos si él hacía algo «de mal gusto» o «desagradable». Afortunadamente todo cambió cuando inició su carrera como solista.
«Pero creo que llegué a un punto en el que me dije: ¿por qué me siento avergonzado? Soy un hombre de 26 años que está soltero. A ver, sí, tengo sexo», recordó durante una entrevista con Better Homes and Gardens.