La ballena extinta conocida como Perucetus colossus, o “la ballena colosal del Perú”, se ha convertido en animal más pesado que jamás haya existido. Su nombre proviene de su país de origen, Perú, del latín ballena (cetus) y del griego antiguo kolossós, que significa estatua grande, o en este caso, ballena pesada que voltea. Esta enorme criatura marina supera a la ballena azul que ostentaba el título con alrededor de 190 toneladas. Este gigante que todavía nada en los océanos de la Tierra y era el titular actual del animal más pesado que jamás haya existido, vivo o muerto. Los científicos han revelado que la especie de ballena antigua recién descubierta pesaba hasta 340 toneladas y vivió en América del Sur hace más de 39 millones de años.
Hasta ahora, una especie de ballena azul (denominada científicamente Balaenoptera musculus) se consideraba el mamífero más grande que jamás haya existido.
Mucho más pesada que las ballenas azules
Los cazadores de fósiles descubrieron restos de la enorme y extinta ballena en una formación rocosa en el desierto de Ica, en el sur de Perú. Los adultos completamente desarrollados podrían haber pesado cientos de toneladas, según creen los investigadores.
“Era muy diferente a todo lo que había visto antes”, dijo Alberto Collareta, paleontólogo de la Universidad de Pisa que trabajó en los fósiles y coautor del trabajo que publica la revista Nature. Es “el esqueleto más pesado en lo que respecta a los mamíferos, posiblemente el vertebrado más pesado de la historia”.
Parece que esta especie llevó la adaptación de los mamíferos en el océano hacia el gigantismo un paso más allá, volviéndose tan grande que se estima que tiene la mayor masa esquelética de cualquier criatura marina o mamífero conocido. La especie recién identificada pertenece a la familia de los basilosáuridos, que incluye cetáceos extintos como ballenas y delfines.
“Los hallazgos sugieren que la tendencia hacia el gigantismo en los mamíferos marinos puede haber comenzado antes de lo que se pensaba”, señalan los investigadores en el comunicado de prensa. Los huesos masivos de P. colossus podrían haberlo ayudado a flotar a poca profundidad al equilibrar la fuerza de flotación hacia arriba del aire en sus pulmones, apuntan también los expertos.
Los científicos utilizaron escáneres 3D para analizar la superficie e incluso los perforaron para mirar dentro de los fósiles. Así estimaron el tamaño y el peso de la ballena comparándolo con los mamíferos marinos modernos, explica Eli Amson, paleontólogo del Museo Estatal de Historia Natural en Stuttgart, Alemania y coautor del trabajo.
En general, P. colossus podría haber pesado entre 85 y 340 toneladas métricas y medir unos 20 metros de largo, estima el equipo; hasta ocho aviones de pasajeros. Pero claro, determinar su verdadera masa es complicado, ya que solo hay fósiles y habría que tener en cuenta también la distribución y densidad de los tejidos blandos de la criatura.
Una característica notable de Perucetus colossus es la densidad de sus huesos, que son mucho más pesados que los de una ballena azul. “La masa esquelética estimada de P. colossus supera la de cualquier mamífero o vertebrado acuático conocido. Muestra, hasta donde sabemos, el grado más alto de aumento de masa ósea conocido hasta la fecha, una adaptación asociada con el buceo superficial”, comentan los expertos.
Sus pesados huesos significan que se habría limitado a un estilo de vida en aguas poco profundas, como los sirenios, y la gravedad habría impedido que regresara a la tierra para dar a luz
El descubrimiento de Perucetus colossus abre un nuevo capítulo en nuestra comprensión de la vida marina prehistórica, ya que estos hallazgos sugieren que los cetáceos alcanzaron la masa corporal máxima 30 millones de años antes de lo que se pensaba. Habrá que esperar a ver si los científicos tienen la suerte de dar un otros espécimen más completo para desentrañar este nuevo enigma animal.