Y Klay Thompson volvió a ser Klay Thompson. El escolta de los Warriors, ya sin restricción de minutos, regresó anoche a su mejor versión baloncestística para dejar en lona a los actuales campeones, los Milwaukee Bucks, con 38 puntos que auparon a los suyos hasta el 122-109 final.
Fue una actuación redonda. Para alcanzar los 38 puntos se fue a un 15 de 24 en tiros de campo, incluyendo un 8 de 14 en triples. Además, aportó 6 rebotes, 5 asistencias, 1 robo y 1 tapón. «Estaba ansioso por una noche como esta, pero unas cuantas noches malas en el tiro a mitad de temporada no va a matar mi ego. Voy a seguir saliendo ahí y compitiendo», expresa.
Tras más de dos años sin jugar, es lógico el proceso por el que está pasando Thompson. Encontrar un ritmo constante en su juego, más allá de haber tenido ya buenos partidos, es su objetivo. Steve Kerr tiene claro que noches como la vivida ante Milwaukee suponen una bocanada de tranquilidad para su pupilo. «Estoy seguro de que es un alivio. Es realmente duro consigo mismo y desea desesperadamente tener éxito».
Junto a Klay también tuvo una gran importancia en el triunfo Jordan Poole. El shooting guard se fue hasta los 30 puntos siendo titular para dar otro impulso a los Warriors, quienes en esta ocasión no tuvieron a Stephen Curry a su nivel habitual, ya que se quedó 8 puntos realizando únicamente siete tiros de campo en 33 minutos. Ya desde el banquillo, el novato Jonathan Kuminga firmó un doble-doble de 14 puntos y 11 rebotes.
Lo cierto es que el funcionamiento de los californianos estuvo más cerca del principio de temporada que de las últimas semanas. Tras un primer cuarto igualado, marcaron distancias en el segundo para irse con un margen de nueve puntos al descanso. Una vez pasado el descanso, en el tercer cuarto pisaron el acelerador para poner rápidamente hasta 20 puntos arriba. Desde ese momento manejaron el encuentro con comodidad hasta el final.