NUEVA YORK – Más de 46,000 aficionados tomaron sus asientos en el Yankee Stadium la noche del miércoles pensando en que podrían tener la oportunidad de ver algo histórico. Los asistentes, que llenaron el estadio, esperaban ver a un hombre, Aaron Judge, batear su 61er jonrón de la temporada, con el que hubiese empatado el récord de la Liga Americana que implantó Roger Maris en 1961.
La energía en el estadio era palpable, y en cada turno de Judge el público se puso de pie, celulares en mano listos para capturar un recuerdo para toda la vida. Los Yankees podían sentirlo.
“Se sentía como si estaban esperando por ese gran momento, obviamente”, dijo el manager Aaron Judge. “Sí se sintió algo un poco diferente esta noche”.
Aunque Judge no bateó el Nro. 61, se fue de 4-2 con un par de dobles y un boleto en su último turno de la noche en el octavo inning. Pero no importó, sin embargo, porque había otro bateador de los Yankees listo para hacer su propia historia en ese mismo episodio.
En la victoria 14-2 de los Yankees sobre los Piratas en el Yankee Stadium, la número 90 de Nueva York en la temporada, el venezolano Gleyber Torres bateó no uno, sino dos jonrones durante un octavo acto de ocho carreras que puso el juego en el congelador. Torres comenzó el inning y luego le puso la guinda al pastel de la exhibición de bateo de los Bombarderos con un cañonazo solitario al jardín derecho y otro de tres rayas hacia el izquierdo, convirtiéndose en apenas el quinto jugador de los Yankees que batea dos vuelacercas en el mismo episodio.
“Es especial”, dijo Torres. “Especialmente porque como el juego ya estaba abierto, no pensé mucho y sólo traté de hacer un buen swing a la recta, y bateé un jonrón (cada vez). Me siento realmente contento, también porque sigo haciendo cosas que son muy buenas para el equipo”.
El toletero derecho de 25 años se unió a Alex Rodríguez (que lo hizo dos veces, la segunda vez en el 2009), Cliff Johnson (1977), Joe Pepitone (1962) y Joe DiMaggio (1936). Casualmente, el propio manager de Torres también lo logró durante sus días de jugador activo, pegando un par de bambinazos para los Rojos en el primer inning el 9 de agosto del 2002.
“Sí, eso es algo buenísimo”, dijo Boone. “Uno a la banda contraria y luego un signo de exclamación … estamos hablando de una buena semana”.
Pero ese fue apenas un aspecto de la jornada de Torres. Su 13er partido de por vida con más de un jonrón – y su tercero esta temporada – se produjo como parte de una actuación en la que igualó una marca personal del 2022 con tres hits, cuatro carreras anotadas y cinco remolcadas. Es apenas la tercera vez en su carrera que empuja cinco rayitas en un juego. En sus primeros 568 compromisos, los 13 juegos de Torres dando más de un jonrón son el cuarto total más alto entre jugadores de los Yankees. Solamente tiene por delante a Judge (15), al dominicano Gary Sánchez (15) y a DiMaggio (14).
Torres también ahora lleva 10 juegos consecutivos dando de hit, lo cual iguala la cuarta racha más larga de su carrera. También ha tenido una seguidilla de 12 juegos y dos de 11. Según el abridor dominicano de los Yankees, Luis Severino, quien lanzó cinco innings en su regreso de una ausencia de dos meses por lesión, Torres es “el bateador más encendido en el deporte ahora mismo.” Eso habla mucho, dado que ambos son compañeros de equipo de Judge.
Pero así de encendido ha estado Torres últimamente, aunque quizás haya pasado desapercibido. En 16 juegos en septiembre, tiene promedio de .313 con un OPS de .960.
“Da gusto ver a Gleyber seguir jugando como viene jugando (y) tener la clase de turnos al bate que ha tenido últimamente”, dijo Boone. “Ha sido clave en el giro que hemos dado en las últimas semanas. Ha estado en medio de todo eso”.
Torres no hubiese podido sumarles a esas cifras si el resto del orden ofensivo de los Yankees no le hubiese mantenido la presión a los Piratas en ese implacable octavo inning. Entre los dos jonrones de Torres, los Bombarderos negociaron tres boletos y empalmaron tres dobles productores. De esa manera, estallaron en el último inning ofensivo por segunda noche consecutiva.
El martes, era preciso que lo hicieran. El miércoles, lo hicieron y punto.
“Es bueno tener ese tipo de turnos al bate y seguir haciendo daño. Nunca quieres dar nada por hecho”, dijo Boone. “Todo el mundo simplemente se los estaba poniendo difícil … y al final eso nos dio buenos resultados”.
Y nadie se benefició más que Torres.