Bajo el título ¿Puede la IA (Inteligencia Artificial) evitar que las personas engañen a sus parejas románticas?, el diario israelita The Jerusalem Post publicó un experimento con personas coqueteando y coqueteadas en una realidad virtual y luego encaradas con sus cónyuges o parejas habituales y con entrevistadores, concluyó que esta podría ser la clave para descubrir qué tentaciones se pueden resistir detrás del disfraz de la tecnología.
El diario da cuenta del experimento publicado en una revista científica con el título «Mordiendo la fruta prohibida: el efecto de coquetear con un agente virtual en la atracción por parejas reales alternativas y existentes».
Se trata de un experimento en base a la denominada «exposición a amenazas debilitadas» que concluyó llevando a este terreno amoroso la afirmación de que «aumenta el autocontrol» cuando las personas se preparan con anticipación para encarar una amenaza más grave.
Según la traducción libre del texto de The Jerusalem Post este arranca destacando que las personas que inician una relación romántica monógama tienen la intención de permanecer fieles a su pareja y disfrutar de todos los beneficios que dicha relación puede ofrecer, incluido un sentido de seguridad, pertenencia e intimidad, pero, sin embargo, las personas a menudo pueden ser infieles, como lo atestiguan las altas tasas de infidelidad.
El Prof. Gurit Birnbaum, de la Escuela de Psicología Ivcher de la Universidad Reichman, y el Prof. Doron Friedman, de la Escuela de Comunicaciones Sammy Ofer de la Universidad en Herzliya, junto con el graduado del programa de honores Yael R. Chen, el estudiante de doctorado Kobi Zholtack y el Dr. Jonathan Giron, investigaron cómo se puede utilizar la realidad virtual para examinar las circunstancias que ayudarán a las personas en una relación monógama a resistir las tentaciones de la infidelidad.
El estudio aparece en la revista (no revela cuál) bajo el título «Mordiendo la fruta prohibida: el efecto de coquetear con un agente virtual en la atracción por parejas reales alternativas y existentes».
Los investigadores basaron su estudio en la teoría de la inoculación que propone que la exposición a amenazas debilitadas aumenta el autocontrol al permitir que las personas se preparen con anticipación para una amenaza más grave.
A modo de ilustración, imagina una situación en la que decides limitar tu ingesta de alimentos para perder peso. Encontrar una galleta a medio comer olvidada puede recordarte tu deseo de perder peso. Esta mayor conciencia de la meta que te fijaste te animará a resistir la mayor tentación de tus galletas favoritas, recién salidas del horno, que representan una amenaza más significativa para tu dieta.
Los investigadores realizaron tres experimentos en los que probaron si la exposición a una amenaza debilitada para la relación, en forma de coqueteo con un personaje virtual, ayudaría a inmunizar a las personas contra las tentaciones del mundo real que podrían amenazar la estabilidad de su relación romántica.
En este contexto, se espera que la exposición a una amenaza debilitada haga que las personas sean conscientes de sus obligaciones con su pareja actual y las prepare con anticipación para enfrentar una amenaza más grave para su relación.
Con cantinero virtual coqueto, cantinero virtual neutro y entrevistador atractivo
Los investigadores sugirieron que la exposición a un personaje virtual seductor podría aumentar el deseo de las personas de proteger su relación actual para que posteriormente experimenten más deseo por su pareja actual y perciban a las parejas alternativas como menos atractivas sexualmente.
Para probar la hipótesis de la investigación, en los tres experimentos, los participantes en relaciones monógamas se pusieron gafas de realidad virtual (VR) y «entraron» en un bar. Allí sostuvieron una conversación con un cantinero virtual cuyo género era el mismo que el de la pareja del cliente.
El avatar del cantinero se comportó de dos maneras: en la condición experimental, el cantinero coqueteó con los participantes y, en la condición de control, se comportó de manera neutral con ellos.
Posteriormente, cada participante se reunió con una persona real. Al final de esta sesión, se pidió a los participantes que calificaran sus sentimientos y percepciones, tanto durante la interacción con el cantinero virtual como durante la interacción en el mundo real.
En el primer experimento, un entrevistador atractivo entrevistó a los participantes sobre sus actitudes hacia varios problemas interpersonales inmediatamente después de la interacción con el cantinero virtual. El entrevistador usó un guion fijo, haciendo preguntas como «¿deberían las personas jugar a ser ‘difíciles de conseguir’ al comienzo de una relación?» Los entrevistadores fueron entrenados de antemano para irradiar calidez y transmitir interés en los participantes.
Al final de la entrevista, los participantes calificaron qué tan sexualmente atractivo percibían que era el entrevistador. Los hallazgos revelaron que después de coquetear con el cantinero virtual, los participantes percibieron al entrevistador humano como menos atractivo sexualmente en comparación con los participantes que habían tenido una interacción preliminar con un cantinero virtual neutral.
Segundo experimento con un atractivo desconocido
En el segundo experimento, los investigadores examinaron si los participantes que habían tenido un encuentro con el camarero virtual coqueto no solo percibirían a una persona real como menos atractiva sexualmente, sino que también minimizarían su interacción real con ellos.
Para ello, tras la interacción virtual, los participantes se encontraron con un atractivo desconocido que les pidió ayuda. El experimento se centró en brindar asistencia, ya que este es un canal más legítimo para expresar interés en una posible pareja que el coqueteo descarado, especialmente cuando las personas están en una relación definida como monógama.
Específicamente, los participantes tuvieron un encuentro con una persona atractiva del mismo género que la pareja del participante que pensaron que era otro participante, pero que en realidad colaboraba con el equipo de investigación.
Se pidió al participante y al miembro del equipo de investigación que se sentaran uno al lado del otro y construyeran dos pirámides de cinco pisos usando vasos de plástico. Cuando el “colaborador” terminó de construir el tercer piso de la pirámide, lo derribó, aparentemente por accidente, diciendo: “¡Ay! ¡Qué torpe soy! ¿Podría ayudarme a reconstruirla?”
Usando un cronómetro escondido en su bolsillo, el miembro del equipo de investigación midió la cantidad de tiempo que los participantes dedicaron a ayudar a reconstruir la pirámide. Como los investigadores plantearon la hipótesis, los participantes que habían tenido una interacción preliminar con el cantinero virtual seductor y coqueto dedicaron menos tiempo a brindar ayuda en comparación con aquellos que habían tenido una interacción preliminar con el avatar neutral del cantinero.
Tercer experimento con sus cónyuges
En el tercer experimento, los participantes fueron invitados al laboratorio con sus cónyuges o compañeros habituales. Las parejas se separaron en diferentes habitaciones, una de ellas interactuando con el cantinero virtual y la otra mirando un video neutral.
Después de la interacción virtual, los participantes se reunieron con sus parejas y se les pidió que conversaran sobre los aspectos satisfactorios y frustrantes de sus vidas sexuales. Al final de la conversación, los participantes calificaron la medida en que experimentan deseo sexual hacia su pareja y hacia otras personas.
Los hallazgos mostraron que los participantes que habían tenido una interacción preliminar con el cantinero virtual coqueto informaron un deseo sexual más fuerte por su pareja y un menor interés sexual en otras personas, en comparación con aquellos cuya interacción preliminar fue con el cantinero virtual neutral.
Conclusiones científicas
Birnbaum concluyó que “los hallazgos de los tres estudios indican que es posible vacunar a las personas y hacerlas más resistentes a las amenazas a su relación romántica.
Este es el primer estudio en el mundo que ilustra cómo una interacción de realidad virtual puede mejorar las relaciones en el mundo real.
El estudio muestra que una amenaza virtual debilitada, que por definición no puede dañar directamente la relación, permite que las personas en una relación monógama se preparen con anticipación para lidiar de manera más efectiva con amenazas significativas en el mundo real.
De esta manera, «las interacciones de realidad virtual pueden contribuir a la capacidad de las personas para mantener relaciones estables y satisfactorias con sus parejas reales”