La ciudad de Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) anunció este jueves que eliminará su obligación de usar mascarillas en interiores, apenas cuatro días después de que entrara en vigor ese mandato de nuevo en la localidad.
La decisión de las autoridades de Filadelfia de retomar el uso obligatorio de mascarillas en interiores ante el aumento de contagios por el COVID-19 había contrastado con las medidas adoptadas en el resto de Estados Unidos, que desde marzo ha relajado las normas sobre uso de cubrebocas.
Además, la entrada en vigor este lunes del mandato en Filadelfia coincidió con el fallo de una jueza federal de Florida que anuló la orden de llevar mascarilla en los transportes públicos en todo el país, incluidos los aviones, trenes, autobuses, estaciones y aeropuertos.
La norma local en Filadelfia entró en conflicto con la decisión judicial federal, lo que provocó confusión y frustración, especialmente después de que la empresa de transportes públicos de la ciudad dijera que, para cumplir con el fallo, dejaría de exigir el uso de mascarillas en los trenes y autobuses.
Este miércoles, un grupo de empresarios de Filadelfia pidieron a una corte estatal frenar el mandato de mascarillas de la localidad, al argumentar que les estaba causando un «daño irreparable», informó el diario The Philadelphia Inquirer.
Finalmente, este jueves por la noche, la oficina del alcalde, Jim Kenney, anunció que la junta de salud local había votado para rescindir el mandato de uso de mascarilla en interiores.
«Debido al descenso en las hospitalizaciones y la estabilización del recuento de contagios, la ciudad pasará a recomendar rotundamente las mascarillas en lugares públicos en interiores, en vez de un mandato de mascarillas», dijo el portavoz del alcalde, Kevin Lessard, al citado periódico.
El número de personas hospitalizadas con COVID-19 en la ciudad bajó este jueves a 65, la cifra más baja en una semana.
El Departamento de Justicia estadounidense ha apelado la decisión de la jueza de Florida que anuló el mandato de mascarillas en los transportes públicos, al asegurar que ese tipo de orden encaja con la autoridad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
A principios de marzo, Estados Unidos dio por superada la ola de la variante ómicron, la de mayor número de contagios desde el inicio de la pandemia, y relajó el uso de mascarillas en interiores, aunque no en los transportes públicos.