El conflicto que sostienen China y Taiwán desde hace décadas está propiciando que otros países asiáticos tomen posiciones para sacar el máximo partido posible a esta coyuntura. Singapur, Malasia y Vietnam son los tres países que mejor pueden complementar la actividad industrial de Taiwán en el ámbito de la industria de los semiconductores, y, llegado el momento, incluso, ocupar su lugar.
Los tres tienen un grado de desarrollo industrial y social adecuado para que los fabricantes de circuitos integrados refuercen su presencia en ellos, pero tienen por delante un desafío: consolidar la infraestructura que requiere esta industria para intensificar su actividad. Además, no debemos pasar por alto que la puesta a punto de una nueva fábrica de chips raramente puede completarse en menos de cinco años.
No obstante, Taiwán no es el único país que está siendo observado escrupulosamente por algunos de sus vecinos; la posición hegemónica de China como fábrica del planeta es un caramelo muy goloso para algunos países asiáticos, y hay uno en particular que con toda probabilidad tiene los recursos necesarios para arrebatar el liderazgo al estado liderado por Xi Jinping: India. Sus capacidades económica, industrial y técnica están fuera de toda duda, y las grandes tecnológicas llevan años reforzando sus posiciones en el que ya es el país más poblado de la Tierra.
India está decidida a apartar a China de su camino a empujones
A finales de septiembre de 2022 nos sorprendió una noticia relativamente inesperada: Apple había puesto en marcha una línea de producción en la población de Chennai, en India, para fabricar el iPhone 14. Los de Cupertino ensamblan algunos de sus móviles en este país asiático desde 2017, pero esta era la primera vez que el smartphone insignia de la compañía iba a ser fabricado en India, aunque, eso sí, a priori solo con el propósito de dar servicio al mercado de este gigantesco país desde un punto de vista demográfico.
En cualquier caso, Apple no es la única gran compañía de tecnología que está presente en India. Amazon, Google, Microsoft y otras muchas empresas también lo están. Y se están reforzando. De hecho, a finales del pasado mes de junio Amazon anunció que invertirá 15.000 millones de dólares adicionales en este país durante los próximos siete años. Y Google abrirá su centro global de operaciones financieras en la localidad india de Gujarat. No obstante, las últimas compañías que se han sumado a esta estrategia son AMD y Foxconn.
La empresa que lidera Lisa Su invertirá 400 millones de dólares en India durante los próximos cinco años con el propósito de construir su mayor centro de diseño de semiconductores en el parque tecnológico de Bangalore. Y Foxconn destinará casi 200 millones de dólares a la construcción de una planta de ensamblaje de componentes electrónicos en el estado de Tamil Nadu, ubicado en el sur de India. Podría seguir enumerando decenas de ejemplos, pero no es necesario insistir en algo que es evidente: India pide paso y no sería en absoluto sorprendente que en pocos años consiga igualar, o, incluso, superar la capacidad industrial de China.