Los seres humanos llevan practicando las amputaciones médicas mucho más tiempo de lo que pensábamos, como indica ahora una nueva investigación publicada esta semana en la revista Nature. Un grupo de científicos asegura que encontró un esqueleto en Borneo de 31.000 años de antigüedad de un joven al que aparentemente le habían amputado el pie izquierdo por motivos de salud. Sorprendentemente, el hombre se recuperó de la amputación y probablemente vivió muchos años más, lo que sugiere que su comunidad poseía un conocimiento médico avanzado.
Este descubrimiento fue realizado por un equipo de arqueólogos indonesios y australianos en 2020. Encontraron el esqueleto en las áreas montañosas remotas de la cueva caliza Liang Tebo, en Kalimantan Oriental, una provincia indonesia de la isla de Borneo. Al esqueleto claramente le faltaba el tercio inferior de la pierna izquierda, pero el equipo se sorprendió al ver crecimientos óseos allí, lo que indica que la pierna se había curado del motivo de la amputación. Las pruebas realizadas indicaron que el hombre vivió hace unos 31.000 años.
Los científicos pronto descartaron la posibilidad de que el pie se hubiese perdido debido a un accidente o al ataque de un animal, ya que esos eventos probablemente habrían causado unas marcas fácilmente distinguibles. También argumentan que tampoco había desaparecido como una forma de castigo, porque el cuerpo del hombre había sido tratado con respeto después de la operación y en su posterior entierro. Todo apunta a que la amputación se hizo para salvar o mejorar la vida del hombre. Y si es así, se convertiría en la amputación médica más antigua conocida en humanos y con decenas de miles de años de diferencia del anterior caso que habíamos conocido. El ejemplo anterior más antiguo provino de un anciano granjero de la Edad de Piedra al que le amputaron el antebrazo izquierdo en Francia hace 7000 años.
Este descubrimiento sugiere muchas cosas sobre la sociedad de cazadores-recolectores en la que vivía este hombre, dicen los autores. La amputación probablemente ocurrió durante su infancia y debió realizarse con cuidado, puesto que el sujeto no se desangró durante la operación. Dado que las cirugías modernas utilizan antisépticos y antibióticos para prevenir infecciones, es posible que este grupo identificara sus precursores naturales entre la rica diversidad de plantas de Borneo, tal vez en respuesta a infecciones comunes a las que se habrían enfrentado en esta zona de selva tropical.
Por último, dado es un terreno difícil de atravesar y que el hombre probablemente vivió otros seis o nueve años antes de morir, es probable que la gente de su alrededor se preocupara por él y le ayudase a adaptarse a sus necesidades particulares. Encima, todo esto sucedió unos 20.000 años antes de que los humanos crearan asentamientos permanentes con regularidad.
“Este es un argumento realmente sólido de que esta persona y su comunidad habían desarrollado conocimientos médicos avanzados como para poder amputar con éxito la parte inferior de la pierna izquierda de un niño y permitirle no solo sobrevivir a la operación, sino también vivir una próspera vida en su entorno”, dijo en un comunicado el autor del estudio Tim Maloney, arqueólogo de la Universidad Griffith.
Ahora, el equipo espera poder investigar si la habilidad de amputación de este grupo era algo exclusivo de las personas de esta parte del sudeste asiático o un ejemplo de conocimiento médico complejo que estaba más extendido entre los humanos de esa época.