Investigadores en China han descrito otro extraño hábito sexual de las arañas (como si no hubiera suficiente): algunas arañas macho se lanzan a gran velocidad lejos de sus compañeras caníbales para evitar que se las coman después de copular. La forma en que salen es similar al mecanismo de las catapultas, según el nuevo estudio. Los investigadores creen que el rasgo es una adaptación para contrarrestar el hambre poscoital de las hembras.
Son arañas tejedoras de orbes (Philoponella prominens), y tienen vidas sexuales activas y potencialmente letales. Al igual que las mantis religiosas, los arácnidos femeninos sienten apetito por sus parejas sexuales. Pero los machos de 3 mm han desarrollado un plan de escape: aprovechan una adaptación en la articulación de sus dos patas delanteras para lanzarse lejos de las hembras, a velocidades de casi 88,2 centímetros por segundo. La investigación del equipo se publica hoy en Current Biology.
En un laboratorio, el equipo apareó a 155 pares de arañas; en 152 de los encuentros, los machos se catapultaron desde las hembras hasta un lugar seguro. Los tres machos que no siguieron el comportamiento fueron capturados, asesinados y devorados por las hembras.
Estas arañas no tienen relaciones sexuales como los humanos: el apareamiento dura unos 30 segundos, y las arañas macho usan un apéndice llamado palpo para inyectar esperma en el epigino de la hembra, una placa dura en la parte inferior del abdomen.
En una escala humana, según Zhang, la acción es equivalente a un humano de 1,80 metros saltando 500 metros lejos de su pareja después del sexo. Ya sabes, para estar seguro.