Mantener la casa caliente en invierno y no pasar frío, pero sin gastar dinero en energía es una misión un tanto complicada. Una startup británica, no obstante, está desarrollando una idea que tiene como objetivo aprovechar el calor residual de los centros de datos para mantener la temperatura de casas y comercios.
Deep Green, que es como se llama la compañía, cuenta que su propuesta de calefacción doméstica y comercial está pensada para barrios o empresas que cuentan con sistemas urbanos basados en la circulación de agua caliente. La idea, aseguran, es efectiva para calentar piscinas, barrios e industrias.
Calefacción económica a cambio de espacio para servidores
Los cálculos de la startup indican que su sistema puede hacer que los usuarios que lo adopten ahorren más de un 50% en energía. Deep Green, según explica, se encarga de instalar sus servidores y también se hace cargo por adelantado del consumo de luz de estos.
Asimismo, adapta los sistemas de calefacción existentes para que funcionen con sus denominadas “calderas digitales”. Estas consisten en los servidores sumergidos en una sustancia especial que atrapa el calor. Después entra en juego un intercambiador que permite que el calor pueda ser aprovechado.
Hasta este punto la promesa resulta muy atractiva, pero lo cierto es que los interesados deben cumplir con una serie de requisitos para apuntarse. Estos consisten en brindar el espacio físico necesario para la instalación de los servidores, parte de la infraestructura de red y conectividad de alta velocidad.
Estos requisitos probablemente no sean tan fáciles de conseguir, pero desde la compañía buscan alentar a los interesados. “Si su infraestructura de red o conectividad requiere una actualización, ofrecemos préstamos a bajo interés para cubrir estos costos y hacer que alojar una unidad sea lo más fácil y rentable posible”.
Desde The Next Web apuntan a que los centros de datos de Deep Green serán utilizados por sus clientes externos para tareas relacionadas al aprendizaje automático. Es decir, un sistema de inteligencia artificial que permite que este aprenda y mejore de forma autónoma a través de redes neuronales y aprendizaje profundo.
El proyecto ha empezado a dar sus primeros pasos en Reino Unido. Hasta el momento se han inscripto una decena de interesados, siendo un gimnasio en el condado de Devon el primero en recibir las calderas digitales. Este las está utilizando para calentar su piscina y, por consecuencia, gastar menos dinero en energía.