La araña joro (Trichonephila clavata) es una especie de araña invasora realmente llamativa. Originaria de las regiones tropicales y subtropicales de Asia, se encuentra en países como India, Sri Lanka, Tailandia, Filipinas, Malasia, Indonesia y otras áreas cercanas. Si embargo, se ha estado extendiendo por el sureste de Estados Unidos (en Alabama, Carolina del Norte y del Sur y Tennessee) generando cierto pavor entre los que se topan con ellas. Las arañas Joro se cuentan fácilmente por millones actualmente en este país. Pero son inofensivas. De hecho, gracias a la timidez de esta criatura, han conseguido medrar en la naturaleza.
Esta especie de araña tejedora es conocida por su gran tamaño y sus impresionantes y elaboradas telas circulares es la protagonista de un nuevo estudio de la Universidad de Georgia que arrojar más luz sobre el comportamiento de estos singulares arácnidos.
Como un gato grande asustadizo
En su nuevo trabajo, los investigadores compararon las respuestas de más de 450 arañas a una perturbación breve e inofensiva en 10 especies diferentes. El equipo recolectó 16 arañas jorō hembras salvajes para sus experimentos que se repitió utilizando más de 30 especímenes silvestres de arañas de jardín, arañas de jardín anilladas y tejedoras de orbes jaspeadas. Para estudiar la reacción de las arañas al estrés, los investigadores soplaron suavemente dos bocanadas rápidas de aire sobre arañas individuales usando una jeringa para pavos.
Todas las arañas demostraron una breve respuesta de congelación pero, mientras que la mayoría de las arañas se quedó petrificada durante menos de un minuto antes de reanudar sus actividades normales, las arañas Joro permanecieron inmóviles durante más de una hora. Son realmente asustadizas. Es curioso porque en la mayoría de las arañas, la tanatosis es una respuesta de corta duración y comienzan a moverse nuevamente después de un minuto y medio en promedio. La única araña que se sabe que tiene una respuesta tan larga o similar es la araña de seda dorada, también miembro del género Trichonophila.
«Una de las formas en que la gente piensa que esta araña podría estar afectando a otras especies es que es agresiva y supera a todas las demás arañas nativas», explica Andy Davis, autor principal del estudio y científico investigador en la Escuela de Ecología Odum de la UGA. «Así que queríamos conocer la personalidad de estas arañas y ver si son capaces de ser tan agresivas. Y resulta que no lo son».
Inofensivas
Los investigadores sospechan que este comportamiento tan tímido de las arañas Jorō podría ser una estrategia de supervivencia en entornos urbanos, permitiéndoles soportar el ruido, las vibraciones y los estímulos visuales constantes en las ciudades. Gracias a esto, pueden tener una mejor conservación de su energía.
Pese al temor a que estén proliferando de forma exacerbada, los investigadores apuntan a que simplemente están expandiendo sus propios territorios y reproduciéndose a un ritmo más rápido que las demás, pero no están expulsando al resto de especies de sus hábitats naturales. Simplemente presentan un increíble potencial reproductivo.