El gobierno español ha aprobado una Ley de Influencers para regular esta actividad y proteger a los consumidores, especialmente a los jóvenes, de posibles contenidos y publicidades dañinas. La normativa establece criterios para definir quiénes son considerados influencers y qué obligaciones deben cumplir.
Para ser considerado un influencer, se requiere tener ingresos anuales de al menos 300,000 euros, un mínimo de un millón de seguidores en una aplicación de vídeo específica o dos millones en todas las aplicaciones, y publicar al menos 24 vídeos al año.
Los influencers deben cumplir con obligaciones como identificar claramente el contenido publicitario, prohibir la publicidad de productos nocivos para menores de edad, regular la publicidad de bebidas alcohólicas, y registrarse en una plataforma proporcionada por el Ministerio de Economía.
La ley afectará a un número limitado de creadores de contenido que cumplan con los criterios establecidos, y busca equiparar la regulación entre los medios tradicionales y el panorama digital.