En el Reino Unido, se está abordando la problemática de dos desafíos importantes en la industria eólica: la obtención de «metales raros» necesarios para las instalaciones y el reciclaje de turbinas al final de su vida útil. Un enfoque novedoso y atractivo propone abordar ambos problemas simultáneamente.
La empresa SEM (Sustainable Energy Management), junto con el Centro de Innovación en Biotecnología Industrial (IBIoIC) y la Universidad de Edimburgo, ha desarrollado un sistema llamado DRAM que utiliza subproductos de la destilación de whisky de malta para extraer metales valiosos de residuos electrónicos y aleaciones. Este sistema se ideó originalmente para extraer metales de desechos electrónicos, pero se adaptó para abordar el problema de los «metales raros» en las turbinas eólicas.
El DRAM trata los materiales de aleación con una combinación de productos químicos de origen biológico para separar los distintos compuestos. El sistema actúa como filtro para asegurar que los líquidos residuales sean seguros para su eliminación. La propuesta busca abrir una nueva vía de abastecimiento de metales, reducir la dependencia de las cadenas de suministro extranjeras y minimizar la necesidad de procesos de minería destructiva.
Esta solución es crucial debido a que las turbinas eólicas pueden contener tierras raras y metales valiosos como neodimio, tantalio y renio, que son esenciales para su integridad y rendimiento. Sin embargo, gran parte de estos metales todavía se extraen de la tierra en vez de reciclarse de instalaciones obsoletas. El sistema DRAM tiene el potencial de contribuir a una cadena de suministro circular sostenible y reducir el impacto ambiental de la obtención de metales raros.
Esta iniciativa representa un avance importante en la sostenibilidad de la industria eólica y aborda tanto la problemática del reciclaje de turbinas como la obtención de metales valiosos de manera más responsable.