El Centro de Diversidad Biológica de Texas ha presentado una denuncia contra el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) por supuestamente violar al menos 26 leyes que protegen el medio ambiente, las tierras públicas, la vida silvestre en peligro de extinción y las tumbas indígenas. Esto se relaciona con la construcción del muro fronterizo en el condado de Starr, Texas. El gobierno, por su parte, argumenta que esta construcción es necesaria debido a un alto número de intentos ilegales de ingreso a Estados Unidos en esta región.
Según datos de las autoridades fronterizas, durante el año fiscal actual se han registrado alrededor de 245,000 entradas ilegales en la región del Valle del Río Grande de la Patrulla Fronteriza, que incluye el condado de Starr. En respuesta a esta situación, el DHS ha iniciado la construcción de barreras físicas y caminos adicionales a lo largo de la frontera sur de Texas.
Sin embargo, activistas ambientales y defensores de los derechos indígenas han expresado su preocupación por el impacto ambiental y cultural de esta construcción. Argumentan que el muro dañará hábitats naturales y afectará negativamente a especies en peligro de extinción, como el ocelote, y plantas en peligro, como la vaina de Zapata y el algodoncillo postrado.
El juez del condado de Starr, Eloy Vera, ha señalado que la construcción del muro también plantea preocupaciones relacionadas con la erosión y el impacto en los arroyos y cuerpos de agua de la zona.
El representante demócrata Henry Cuellar ha calificado el muro fronterizo como una solución obsoleta para los desafíos actuales de seguridad fronteriza y ha expresado su oposición a su construcción.
Es importante recordar que durante la administración del expresidente Donald Trump se construyeron aproximadamente 724 kilómetros de barreras a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos entre 2017 y 2021.