El mandatario Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen fueron los dos candidatos más votados en los comicios de este domingo en Francia, por lo que se enfrentarán en segunda vuelta electoral por la presidencia.
Macron obtuvo el 27,6% de los votos, mientras que su oponente el 23,4%, de acuerdo con los datos oficiales luego de ser escrutados un 97% de los sufragios.
En tercer lugar, cerca de la líder de Agrupación Nacional, se situó el candidato de izquierda Jean-Luc Mélenchon con un 22,0%.
Le Pen y Macron ya se enfrentaron en la segunda vuelta electoral de 2017.
El país europeo celebrará el balotaje decisivo el 24 de abril y el nuevo período de gobierno comenzará el 13 de mayo.
En Francia, el presidente solo puede aspirar en una ocasión a la reelección inmediata, y cada período en la posición dura cinco años. De ganar Macron, sería el primer presidente que revalida en el cargo en los últimos 20 años.
Una encuesta realizada por Ifop-Fiducial ubica la proyección para el 24 de abril en 51% para Macron y 49% para Le Pen, mientras que Ipsos-Sopra Steria le da al actual presidente una ventaja más amplia, de 54% contra 46%.
En el contexto de la elección de este domingo, repasamos la historia de ambos políticos.
Emmanuel Macron, en busca de la reelección
En su discurso tras conocer los resultados, Macron solicitó a los franceses detener a la extrema derecha. «Invito a todos, incluidos aquellos que no votaron por mí en la primera vuelta, a que nos apoyen», dijo.
«Complacer al populismo y la xenofobia, eso no es Francia», sostuvo. «Nada está decidido», agregó, al tiempo que pidió a sus seguidores no «escatimar esfuerzos».
El presidente, de 44 años, también agradeció a los candidatos que perdieron y públicamente solicitaron un voto por su candidatura.
Macron llegó al Elíseo en 2017 imponiéndose sobre los partidos tradicionales de Francia. El descontento contra las élites políticas que por años habían administrado el país europeo hizo que el electorado se volcara a favor de aquel joven exbanquero que participaba de su primera elección.
En 2017, con 39 años, se convirtió en el líder francés más joven desde Napoleón. Con la nueva agrupación En Marche! (¡En marcha!), prometió alejarse de los espectros políticos, fortalecer los lazos con Europa e implementar importantes reformas en materia social y económica.
Cuando venció a Le Pen en segunda vuelta en esa ocasión, su única experiencia en el gobierno había sido como asesor económico y ministro de Economía del expresidente socialista François Hollande.
Sin faltarle detractores tras cinco años en el poder, es el personaje dominante de la política francesa. Su voz también resuena a nivel internacional y ha jugado un papel importante en crisis como la reciente invasión rusa de Ucrania.
El 24 de abril será juzgado por un currículum que para los franceses ya no es más una página en blanco.
En materia laboral, durante su mandato aprobó una reforma que flexibilizó las regulaciones para contratar y despedir empleados. También redujo los impuestos y avaló estrictas leyes de seguridad para combatir el terrorismo.
La firma de las legislaciones laborales fue una victoria para su recién inaugurada presidencia, porque representaba una promesa de campaña, pero a la vez supuso un desafío para los trabajadores, quienes tomaron las calles en protesta.
En 2018 tuvo que dar marcha atrás a un plan para aumentar el costo del combustible ante la erupción de violentas manifestaciones en toda Francia, lideradas por los llamados «chalecos amarillos» (gilets jaunes).
Pero es una realidad que su gobierno logró reducir el desempleo de 10% a 7,4%, aunque no cumplió con su promesa de bajar a 7%.
De igual forma, la respuesta de Macron a la guerra en Ucrania, uniéndose a Occidente para aprobar duras sanciones contra Rusia, le ofreció un impulso a su candidatura, según las encuestas.
¿Qué propone?
Macron prometió pleno empleo dentro de cinco años, un recorte de impuestos de US$16.000 millones al año para los hogares y las empresas, y financiarlo aumentando gradualmente la edad de jubilación de 62 a 65 años.
En términos de defensa, afirmó que aumentaría el gasto militar con miras a una mayor independencia de Francia, sobre todo en el contexto de la invasión rusa.
En cuanto a la energía, propone crear seis reactores nucleares, mientras que en la educación buscará darles mayor independencia a las universidades.
Marine Le Pen: la responsable de «renovar» la ultraderecha
En su sede de campaña, luego de la publicación de los primeros resultados, Le Pen dijo que será la «presidenta de todos los franceses» si es elegida.
También abordó los temas sobre los que hizo campaña, incluida la reafirmación de los valores franceses, el control de la inmigración y la seguridad.
Aunque comenzó mucho antes en el terreno político, Le Pen es un rostro familiar en la vida pública francesa desde hace una década, cuando por primera vez aspiró a la presidencia.
De 53 años, a menudo es descrita como una política «serena» y con capacidad de transformarse, cualidades que demostró claramente en el 2011, momento en el que salió de la sombra de su padre, Jean-Marie Le Pen, para ubicarse en la cúspide del partido Frente Nacional.
Hasta entonces, el partido que promueve ideales nacionalistas, en ocasiones vinculado con un discurso racista y antisemita, había sido ligado de forma indisoluble a su progenitor, quien se postuló a la presidencia de Francia cinco veces.
Pero bajo dirección de Marine Le Pen, en 2015 el Frente Nacional expulsó a su padre tras una serie de comentarios que restaban importancia al Holocausto. Desde entonces, la también abogada y exeurodiputada lideró un esfuerzo para renovar la imagen radical de la ahora llamada Agrupación Nacional.
A través de estos años, Le Pen, la menor de tres hermanas, buscó proyectar una imagen inclusiva, con acercamientos a la comunidad judía local y a las nuevas generaciones de ascendencia norafricana.
Además, reformuló su discurso antieuropeo. En los comicios de 2017, cuando corrió por segunda vez al Elíseo, su plataforma contemplaba un referéndum para retirar a los franceses del bloque de los 27.
Hace unas semanas, Agrupación Nacional expresó que prefería reformar la Unión Europea «desde adentro», sobre todo luego del ascenso de otros líderes de extrema derecha en la región.
Sin embargo, no abandona su acérrima defensa por «lo francés» heredada de su padre. Contrapone el patriotismo con la globalización, aboga por reducir la inmigración y también por reforzar la producción local.
Los giros de Le Pen pueden haber tenido un efecto en los votantes, como señalan las encuestas más recientes que acortan la ventaja de Macron de cara a la segunda vuelta.
Hace tan solo un mes estaba 10 puntos abajo de su opositor y luchaba por el segundo lugar. Ahora una posible victoria está dentro del margen de error.
Expertos también opinan que el nuevo contendiente de ultraderecha Éric Zemmour le dio aire a Le Pen.
En esta carrera electoral el periodista mostró posiciones más extremas que la abogada, lo que le permitió a ella mostrarse más moderada y apelar a un grupo de votantes que en la pasada votación la consideraban demasiado «radical».
Zemmour, quien quedó cuarto el domingo con un 6,92%, respaldó a Le Pen para la segunda vuelta.
¿Qué propone?
La política prometió poner fin al «abuso» del derecho de asilo con un referéndum sobre la restricción de la inmigración.
También quiere prohibir el uso del hiyab islámico en las áreas públicas. Busca, además, convertir a la Unión Europea en una alianza de naciones que no sea cuestionada por las leyes del propio organismo.
Finalmente, dice que si gana eximirá de impuestos a los menores de 30 años y también quitará las contribuciones a las empresas si aumentan un 10% el salario mínimo de buena parte de su plantilla. FUENTE BBC MUNDO