Más de 35.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en el oeste de Canadá debido a una ola sin precedentes de incendios forestales que están amenazando varias ciudades en esa región. La situación ha llevado al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a convocar al Grupo de Respuesta a Incidentes, compuesto por ministros y altos funcionarios con competencias en situaciones de crisis.
En la provincia de Columbia Británica, en el oeste del país, donde hay activos 388 incendios forestales, el primer ministro, David Eby, declaró el estado de emergencia y reportó que más de 35.000 personas han sido evacuadas, mientras que otras 30.000 están bajo alerta de evacuación.
Las localidades de West Kelowna y Kelowna, con una población combinada de 160.000 personas, son las más amenazadas por las llamas en Columbia Británica. Las autoridades han prohibido el turismo en las áreas afectadas para liberar alojamiento para los evacuados y el personal de respuesta a los incendios.
En los Territorios del Noroeste, al norte del país, se ordenó la evacuación de la capital regional, Yellowknife, donde viven alrededor de 20.000 personas, debido a los incendios forestales circundantes. Aunque se temía que las llamas llegaran a la ciudad, las condiciones meteorológicas han mejorado la situación.
La alcaldesa de Yellowknife, Rebecca Alty, advirtió que la situación sigue siendo inestable y peligrosa, por lo que instó a los residentes a no regresar a la ciudad. Aunque las condiciones han mejorado, la amenaza persiste y las autoridades continúan enfrentando desafíos significativos para contener los incendios y proteger a las comunidades afectadas.