Elecciones paritarias de Ecuador, un hito invisibilizado en la campaña presidencial

Guayaquil (Ecuador), 18 ago (EFE).– Aunque por primera vez en la historia de Ecuador los binomios presidenciales son paritarios, las candidatas a la Vicepresidencia han tenido poco protagonismo en la campaña electoral, a diferencia de la visibilidad que se le ha dado al único candidato a vicepresidente del país.

Una situación que, a decir de la politóloga Arianna Tanca, responde a una elección «al apuro» que tuvieron que hacer los partidos tras la convocatoria de las elecciones extraordinarias del próximo domingo y que da cuenta del escaso papel que ellas aún tienen dentro de las organizaciones políticas.

A excepción del correísmo, que tiene a Luisa González como candidata a presidenta y a Andrés Arauz para vicepresidente, el resto de candidaturas tienen a un hombre que opta a la Presidencia y a una mujer para la Vicepresidencia, que en algunos casos han tenido escasa exposición pública.

«Creo que el rol de estas vicepresidentas, que todas son brillantes, lamentablemente ha sido accesorio. De un día para otro tuvieron que buscar a una mujer que acompañe en el binomio. Creo que todas hacen, entre comillas, una ‘buena pareja con el candidato’, pero eso no deja de tener ese sabor de que por ahora son un accesorio», explica a EFE.

Un ejemplo de esa precipitada elección, dice, fue que tras el decreto de la «muerte cruzada» empleada por el mandatario Guillermo Lasso, que disolvió el Asamblea Nacional (Parlamento) y forzó el proceso electoral, hubo partidos que plantearon binomios masculinos antes de que la justicia electoral precisara que debían ser paritarios.

«Muchos de ellos se asombraron y causó conmoción, pero eso está (en la normativa electoral) desde 2019. Simplemente no les dio la gana de hacerlo», señala.

Aunque la implicación de Nory Pinela, Verónica Abad, Diana Jácome, Erika Paredes, Linda Romero y Luz Vega en los recorridos por el país o en las reuniones ha sido variable, sus opiniones no han trascendido en el debate público, a diferencia de Arauz, cuyas declaraciones han marcado por momentos la agenda política.

La excepción en la última semana fue Andrea González Náder, quien asumió el liderazgo de la candidatura del movimiento Construye tras el asesinato de su compañero de fórmula, Fernando Villavicencio, y llegó a ser propuesta para reemplazarlo, pero por impedimentos administrativos fue su amigo Christian Zurita quien lo sustituyó.

BUENAS CANDIDATAS, SIN PESO EN LOS PARTIDOS

Paola Icaza, coordinadora del Centro de Estudios Económicos y Sociales para el Desarrollo de la Universidad Espíritu Santo, cree que la diferencia de la visibilización entre las candidatas y el único candidato es que Arauz fue aspirante presidencial en las elecciones de 2021, pero también piensa que obedece al poco peso que ellas tienen en el interior de los partidos políticos.

«Hay tantas mujeres idóneas para el cargo que antes no conocíamos, y eso es porque los partidos políticos siguen siendo bastante misóginos y no enfocan los liderazgos en mujeres, más bien están pensando en hombres todavía», recalca Icaza a EFE.

Un estudio de ONU Mujeres y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) señala que en las elecciones de 2021, la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) fue informada de que las organizaciones favorecen el encabezamiento de las listas con candidaturas masculinas en los territorios identificados como prioritarios, e inscriben a mujeres en las provincias con menor importancia política o menores posibilidades de triunfo.

«Hay que trabajar muchísimo para que las mujeres puedan tomar decisiones dentro de los partidos políticos y que sean consideradas como partes clave, y eso es algo que todavía no vemos. La cultura política todavía es machista», coincide la politóloga Arianna Tanca.

Que las candidatas tengan poco protagonismo, dicen las especialistas, también provoca que no haya un amplio debate acerca de las políticas públicas sobre los temas que afectan a las mujeres, como la salud reproductiva, educación, violencia machista o brechas laborales.

LA VIOLENCIA POLÍTICA DE GENERO LAS ALEJA

Las analistas también creen que este escaso rol obedece a las barreras que ellas enfrentan para entrar en política, como la violencia política de género. «Hay miedo a que te juzguen de una forma que los hombres no son juzgados. A las mujeres no les interesa que revisen su vida íntima para rebatir algo que dijo o dejó de decir», afirma Icaza.

Según la organización Participación Ciudadana, las agresiones que más reciben las mujeres con representatividad pública en Ecuador en redes sociales están relacionadas CON una desvalorización y cosificación por ser mujer.

«Creo que estamos en un punto de transición y hay que trabajar muchísimo para que la cultura política sea más amigable con las mujeres, y no sólo con las mujeres, porque en general es un sistema muy hostil, sino también, por ejemplo, con la comunidad LGBTI», agrega Tanca.

Icaza espera que la paridad obligatoria ayude a disminuir esa violencia. «Eso es madurar políticamente como sociedad», concluye. EFE