"Chau Macri", "gato Chau". A las seis en punto de la tarde, cuando cerraron las urnas, los primeros gritos de euforia de los peronistas comenzaron a escucharse desde los balcones y terrazas de Buenos Aires, convencidos de la victoria de Alberto Fernández. Los partidarios del candidato del Frente para Todos salieron a las calles a celebrar sin esperar los resultados oficiales. "Para volver, para volver, volveremos", cantaron los primeros que se acercaron al búnker de Fernández, en el barrio de Chacarita, en Buenos Aires.
Con el paso de las horas, el escrutinio confirmó las expectativas de la multitud que hizo una peregrinación a las puertas del búnker. Banderas argentinas, imágenes de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner y lemas contra el presidente saliente Mauricio Macri se desbordaron rápidamente por la avenida Corrientes, el parque y las calles cercanas. El lugar se convirtió en una fiesta gritando "Alberto, presidente; Alberto, presidente".
La afluencia provocó la caída de las redes de telefonía móvil y los presentes estaban al tanto del progreso del escrutinio. Había nervios ante la posibilidad de que fuera necesaria una segunda ronda. Pero una vez que quedó claro que Fernández claramente excedió el 45% y se convirtió en presidente electo de Argentina, a nadie pareció importarle la gran recuperación de Macri, que redujo a la mitad los 16 puntos por los que perdió en las primarias de agosto.
La celebración provocó una caravana de vehículos en todo el vecindario, que tocó la bocina sin parar y agitó con los dedos en forma de V, el signo peronista. Entre tambores, parrillas humeantes que ofrecían choripanes y canciones a favor de Fernández, la multitud no dejaba de bailar y abrazarse con amigos y extraños.
"Sufrimos mucho en estos cuatro años. Macri gobernó solo para él y sus amigos ricos y arruinó el país endeudándolo. Pero lo volveremos a poner de pie", dijo Luciana, una estudiante de 22 años, convencida . "Macri, vete a dormir", se podía leer en la camisa que llevaba puesta, refiriéndose a la frase que pronunció el presidente antes de anunciar los resultados de las elecciones primarias. "Esta noche no dormimos, vamos a la fiesta", dijo la joven, rodeada de amigos. "Cristina (Fernández de Kirchner) me dio un retiro, mejoró mucho mi vida y en su lugar la pasamos muy mal estos días. Hoy estoy feliz. Regresamos. La alegría regresó", dijo Andrea Beli, de 87 años, con sus hijas. . En una silla de ruedas y vestida con una camisa de Eva Perón, Beli posó para los medios con una sonrisa indeleble.
Militantes de grupos políticos y sindicatos, familias con niños, adolescentes y grupos de amigos de todas las edades formaron parte de la diversa multitud que vino a celebrar la victoria de Fernández. Una de las claves de la victoria fue la recuperación de la provincia de Buenos Aires, la más grande y poblada del país, después de cuatro años de macrismo. El peronista Axel Kicillof sucederá a María Eugenia Vidal después de obtener el 52,2% de los votos, en comparación con el 38,5% del actual gobernador macrista.
"Macri ya estaba, Vidal ya estaba, si quieres a Larreta también", fue una de las canciones cantadas frente al búnker hasta que se conocieron los resultados en la ciudad de Buenos Aires, el bastión del macrismo, donde ha estado gobernando durante 12 años. El actual alcalde de la capital argentina, Horacio Rodríguez Larreta, barrió el 55,8% de los votos, 20 puntos más que su oponente, y muestra un gran apoyo a su gestión.
Muchos de los peronistas reunidos allí estaban preocupados por lo que sucederá del lunes al 10 de diciembre, cuando el presidente electo asuma el cargo. Sin embargo, la mayoría eligió disfrutar esta noche y esperar al amanecer para preocuparse nuevamente por el país, sumido en su peor crisis económica desde 2001.
En el escenario instalado en la avenida Corrientes y en una pantalla gigante instalada a unos cien metros de distancia, se proyectó lo que sucedía dentro y fuera del búnker, entre canciones de rock argentino y cumbia. El regreso del peronismo coincidió con el noveno aniversario de la muerte del ex presidente argentino Néstor Kirchner, quien fue honrado en todas las formas posibles durante toda la noche. "Néstor no murió, Néstor no murió, Néstor vive en la aldea, la puta madre que lo parió", cantó la audiencia cuando la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner subió al escenario. "Creo que las coincidencias no existen … Gracias Néstor donde quiera que estés", dijo Alberto Fernández poco después.
Fernández fue recibido por el grito de "Alberto, presidente" cuando salió a saludar fuera del búnker. No hubo falta de aplausos, gritos de emoción o lágrimas. La desconcentración, pasada la medianoche, fue lenta. Algunos dijeron que no podrían dormir debido a la emoción. Otros, que retrasaron el momento de acostarse, conscientes de la preocupación que los invadirá al despertar. Después de un día centrado en la política, el lunes será el turno de la economía.