Las fresas, también conocidas como frutillas en algunos países de América del Sur, son más que un placer estacional, ya que diversos estudios han demostrado múltiples beneficios para la salud asociados a su consumo. Un reciente estudio realizado por la Universidad Estatal de San Diego descubrió que comer el equivalente a dos tazas de fresas frescas al día puede mejorar la función cerebral y reducir la presión arterial. Los participantes del estudio que consumieron fresas liofilizadas en polvo mostraron mejoras en pruebas cognitivas relacionadas con la memoria y la velocidad de procesamiento.
Las fresas contienen antioxidantes y efectos antiinflamatorios que pueden contribuir a los beneficios para la salud cerebral. Además, investigaciones anteriores sugieren que las fresas pueden prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Además de ser beneficiosas para el cerebro, las fresas también ofrecen ventajas cardiovasculares, ya que la fibra, la vitamina C, los antioxidantes y los efectos antiinflamatorios favorecen la salud del corazón. Estudios indican que el consumo de fresas puede reducir el colesterol LDL, disminuir los triglicéridos y mejorar la sensibilidad a la insulina.
Las fresas tienen un perfil nutricional destacado, proporcionando más del 160% del valor diario de vitamina C por taza, lo que fortalece la inmunidad, combate enfermedades y retrasa el envejecimiento.
En resumen, incorporar fresas a la dieta puede ofrecer beneficios tangibles para la salud cerebral, cardiovascular y más.