Cinco años después, el satélite Aeolus se estrellará contra la Tierra. Será mañana viernes 28 de julio cuando caerá sobre algún punto del océano Atlántico. Sin embargo, al contrario de lo que es habitual y de lo que estaba previsto cuando se puso en marcha la misión, el Aeolus no se estrellará porque se quede totalmente sin combustible, sino que será una destrucción controlada y calculada por los técnicas de la Agencia Espacial Europea.
El primer estrellado asistido. Según describe la ESA, es la primera vez que el estrellado de un satélite será asistido y controlado. El satélite de pronósticos metereológicos ya ha cumplido su propósito, pero en vez de dejarlo caer a su suerte, se va a forzar el choque con la Tierra aprovechando los remanentes de combustible que todavía quedan.
De orbitar a 320 kilómetros a desintegrarse a 80 kilómetros de altura. El Aeolus es un satélite de 1.360 kilogramos que orbitaba a unos 320 kilómetros de altura. Desde el pasado 19 de junio ha ido perdiendo altura poco a poco y esta semana se ha situado sobre los 280 kilómetros, momento en el que han empezado las distintas maniobras controladas para guiarlo hacia su final.
El momento cumbre, que ocurrirá si todo va bien mañana, será cuando se pase de los 150 a los 120 kilómetros de altura. Allí se considerará que ha vuelto a entrar en la Tierra. En ese momento empezará a calentarse hasta que sobre unos 80 kilómetros de altura, el satélite explotará. Se espera que el 80% del satélite quede destruido, mientras que un 20% se fragmentará.
Los fragmentos caen sobre la Tierra. Cuando un satélite muere, los fragmentos caen sobre nosotros. Principalmente sobre el océano, pero hay una ínfima posibilidad de que esos fragmentos supongan un posible peligro y lleguen a la superficie terrestre.
Este es el motivo por el que precisamente se realiza este experimento de estrellado asistido. Según explica la ESA, el choque asistido reduce el riesgo de estos fragmentos hasta 42 veces. Si ya era bajo, con este experimento se quiere minimizar todavía más.
Una muerte guiada desde Alemania. La operación se está llevando a cabo desde el Centro de Operaciones Espaciales de la ESA en Alemania. El Aeolus ha sido gestionado hasta entonces por el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) en Noordwijk, Holanda, pero ahora la operación dele estrellado se lleva a cabo por otro equipo.
Todo está saliendo como está previsto, pero no está asegurado el éxito de la misión. El primer día se redujo su altura; el segundo día se realizaron dos pequeñas maniobras; el tercer día se intentó estabilizar el Aeolus sobre los 150 kilómetros, una altura para la que no está diseñado; hoy, en el cuarto día se está preparando todo para el punto de no retorno. Una vez baje de los 150 kilómetros de altura ya no se podrá evitar su estrellado.
Poniendo orden en la basura espacial. «Es bastante único lo que estamos haciendo. Es la primera vez que tenemos conocimiento de que realizamos una reentrada asistida como esta», explica Holger Krag, responsable de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA.
De los 10.000 satélites en órbita, más de 2.000 no son funcionales. Esto supone unas 11.000 toneladas de basura espacial, según datos de la agencia europea. No se tiene constancia de incidentes importantes con la caída de los satélites, pero en la ESA quieren estar preparados para el futuro.