El gobierno de El Salvador ha recuperado más de 11,000 viviendas que estaban ocupadas por pandilleros como parte de la ofensiva contra las bandas criminales liderada por el presidente Nayib Bukele. Esta acción es un componente clave de la estrategia de seguridad que ha estado implementando el gobierno desde la instauración del régimen de excepción hace tres años.
La mayoría de las viviendas recuperadas estaban en manos de pandilleros o abandonadas por los propietarios debido al temor generado por las organizaciones criminales. En muchos casos, las propiedades servían como centros de operaciones de las pandillas o se alquilaban ilegalmente, generando ingresos a través de extorsiones y tráfico de drogas.
Según el informe oficial, el 90% de las viviendas recuperadas necesitaban mejoras y el 60% estaban parcial o totalmente desmanteladas. Estas propiedades estaban localizadas principalmente en los departamentos de San Salvador y La Libertad, así como en Santa Ana y Sonsonate, en la zona occidental del país.
Esta medida forma parte de los esfuerzos por recuperar el control del territorio y mejorar la seguridad para la población salvadoreña, buscando devolver la tranquilidad a áreas que habían sido tomadas por la delincuencia organizada.