El nuevo XW5000 es el proyector de cine 4K más barato de Sony. Hablamos de 5.999 euros contantes y sonantes. Sí, lo se. Eso no es barato, pero antes de que te echas las manos a la cabeza, déjame explicarte por qué 6.000 euros, en este caso, es una ganga y por qué el XW5000 vale cada céntimo que cuesta.
Los proyectores de imagen convencionales utilizan una lámpara para emitir luz, una bombilla, si lo prefieres, y las bombillas hay que cambiarlas. Dicen que las estrellas duran menos cuánto más brillan, y en el caso de las lámparas de alta potencia de los proyectores hablamos de alrededor de 600 horas o 300 películas (200 si son de Marvel). No es mucho. La solución a esto son los proyectores láser, que en lugar de lámpara llevan un haz de pequeños láser que duran sus buenos 10 o 15 años, y que además no necesitan calentarse, como en el caso de las bombillas tradicionales, para alcanzar su máximo brillo. Lo hacen al instante. La pega obvia de los proyectores laser es que son mucho más caros.
Vivimos en un mundo en el que la mayor parte de contenidos ya están disponibles en 4K, por lo que seguramente busques un proyector en esa resolución. La cosa es que lograr 4K en un proyector de cine no es algo precisamente sencillo. Normalmente lo que hacen los fabricantes es usar un sistema de interpolado de píxeles no muy diferente del que usan las cámaras de los móviles, pero en este caso para generar una imagen en 4K a partir de un chip de imagen que no lo es.
Aquí es donde llegamos al SonyXW5000, que es un proyector que, además de ser láser, es 4K Nativo (3840 x 2160) gracias al uso de un panel propietario de Sony llamado Silicon X-tal Reflective Display (SXRD). Teniendo en cuenta que el mejor proyector laser 4K nativo de Sony (el poderoso GTZ380) cuesta 80.000 euros… pues sí. 5.999 euros es un precio realmente competitivo que incluso mejora la oferta de algunas marcas como Epson en el mismo segmento. El Sony XW5000 es, de hecho, el hermano pequeño de la nueva gama XW. Sus hermanos mayores, el XW6000 y el XW7000, cuestan 12.000 y 28.000 euros respectivamente.
Puesto en contexto el precio, es inevitable hacerse la pregunta: ¿Qué es lo que el XW5000 no tiene respecto a sus modelos más caros? Pues varias cosas. La primera es que su grupo óptico es algo más pequeño, lo que se traduce en que, como máximo, puede generar una pantalla 4K de 200 pulgadas de diagonal a una distancia máxima de seis metros. No es algo que vaya a suponer un problema en el 90% de los salones actuales. Además la mayor parte de pantallas de proyección tienen entre 150 y 200 pulgadas.
La segunda ausencia respecto a otros proyectores más caros es que las lentes no están motorizadas, por lo que tendrás que ajustarlas manualmente mediante dos ruedas elegantemente ocultas en un compartimento sobre el proyector y dos diales en la lente (uno para el zoom y otro para el enfoque). Teniendo en cuenta que lo más probable es que solo tengas que hacer este ajuste una vez, pues tampoco es algo crucial a menos que te lleves el proyector de viaje, cosa que no recomiendo. Aunque el XW5000 es el más pequeño de los proyectores láser con 4K nativo de Sony, seguimos estando ante una auténtica nave espacial de 20 x 46 x 47cm con un peso de 13 kilos. Los modelos superiores de la misma gama, el XW6000 y el XW7000 son un poco más grandes (miden 21x46x51cm y pesan 14 kilos).
Un detalle fantástico de las lentes es que el ajuste es semiautomático. Las ruedas permiten un ajuste del 71% en vertical y del 25% en horizontal (por si tenemos el proyector en un puesto un poco torcido respecto a la pantalla). Sin embargo, no hay que ajustar las previsibles deformaciones de la pantalla. Esa parte el XW5000 la hace sola.
Por lo demás, el XW5000 es un dispositivo terriblemente sencillo en el sentido de que, tras los ajustes iniciales, no requiere más configuración que conectarlo a una fuente de vídeo y ponerlo a funcionar. Para ello contamos con dos puertos HDMI. Un punto negativo, quizá el único, es que los HDMI son 2.0 en lugar de 2.1. Es raro que Sony no haya integrado aquí la versión que permite jugar en 4K a 120Hz, sobre todo teniendo en cuenta que es el estándar requerido por la PS5 para funcionar a tope.
Sin embargo, los proyectores de vídeo no son precisamente el mejor dispositivo para jugar porque su retardo es bastante superior al de los monitores para gaming o los televisores preparados para este uso. Hablamos de alrededor de 20 milisegundos, algo que no los hace inusables pero seguramente no será del agrado de los gamers más talibanes. En 1080P, el lag del XW5000 baja a os 13 milisegundos, que es una cifra fantástica para tratarse de un proyector.
Su haz láser permite al XW5000 alcanzar la muy respetable cifra de 2000 lúmenes con la ventaja de que consume hasta un 30% menos de potencia por lumen. que en un proyector de lámpara convencional. El brillo es más que suficiente como para disfrutar de una excelente calidad de imagen en una habitación que no esté muy iluminada, pero los colores y el contraste alcanzan toda su belleza si dejamos la estancia en penumbra o en total oscuridad. Toda la serie XW lleva un procesador Sony llamado X1 diseñado específicamente para proyectores y que permite integrar todas las tecnologías de mejora de imagen de los televisores Sony Bravia, desde el HDR hasta una fidelidad de color del 95% DCI P3.
El proyector lleva varios modos de vídeo integrados con diferentes valores para la saturación, la temperatura de color y el contraste. No hay correcto o incorrecto aquí. El estilo de cada modo es más una cuestión de cómo nos guste ver cine, y raro sería que no encontráramos uno con el que nos sintamos a gusto.
Un detalle curioso es que el XW5000 no soporta HDR10+, pero sinceramente diría que no lo soporta sobre el papel, porque el HDR del equipo es tan bueno que reta a cualquiera a encontrar la diferencia con un televisor dotado de esa versión de la plataforma de mejora de imagen. Personalmente no lo echo para nada en falta.
El XW5000 también lleva un sistema de óptica flotante (algo que solo los proyectores profesionales de alta gama tenían hasta ahora) que garantiza una nitidez de imagen única en toda la superficie, incluso los bordes. Es sencillamente alucinante conectar un PC al proyector y ver que hasta la fecha y la hora de la esquina inferior derecha aparece con una nitidez digna de monitor profesional solo que en enorme. La nitidez hasta puede subirse desde un menú a costa de poder ver grano en algunos contenidos. Por defecto está al 50%.
Aunque los controles básicos del proyector están en un pequeño panel de mandos físicos en un lateral, para poder sacar todo el partido al proyector se necesita echar mano al mando. Si ya estás familiarizado con los mandos de otros proyectores Sony, el del XW5000 no será ninguna sorpresa porque apenas lo han cambiado un ápice. Si algo funciona, no lo toques, y el mando del XW500 es grande, pero comodísimo. El acceso a todas las funciones es fácil e intuitivo, y hasta hay in botón para retroiluminar brevemente las teclas en un tono rojizo y así poder encontrarlas en la oscuridad, algo que personalmente creo que debería ser obligatorio en todos los mandos a distancia.
En términos de uso, el XW5000 es uno de los proyectores más rápidos y silenciosos que he tenido el placer de usar. El único sonido que emite es el de los ventiladores, que apenas roza los 30 decibelios. Los láseres no emiten el más mínimo pitido. En cuanto a la velocidad, se enciende y apaga en unos pocos segundos. Nada que ver con los antiguos proyectores que tardaban minutos en calentarse.
Que el Sony XW5000 sea asequible en términos de proyectores láser con 4K nativo no implica para nada que sea barato para el gran público. 6.000 euros es mucho dinero y la mayor parte de los usuarios encontramos más sencillo y más asequible hacernos con un televisor de gran formato como el magnífico Sony XH90 que no me canso de recomendar.
Sin embargo, si tienes espacio en el salón y estás convencido de instalar un cine en casa, el XW5000 ofrece un valor magnífico para su precio y te regalará años de calidad de imagen espectacular en gran formato sin tener que preocuparte de cambiar bombillas.