«El Papa Francisco ha invitado a los obispos de todo el mundo y a sus presbíteros a unirse a él en la oración por la paz y en la consagración y encomienda de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María.» Así lo confirmó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, respondiendo a las preguntas de los periodistas.
El Papa pronunciará la oración en la tarde del viernes 25 de marzo, fiesta de la Anunciación, en la Basílica de San Pedro, durante la celebración de la Penitencia prevista para las 17 horas. El mismo acto, en el mismo día, será realizado por todos los obispos del mundo. El cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, lo realizará en Fátima como enviado del Papa.
Ya en el Ángelus del pasado 13 de marzo, el Papa había invitado a toda la Iglesia a rezar: «Pido a todas las comunidades diocesanas y religiosas que aumenten los momentos de oración por la paz». En la audiencia general del 23 de febrero convocó una jornada de oración y ayuno por la paz en Ucrania el Miércoles de Ceniza, afirmando: «Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra».
En la aparición del 13 de julio de 1917 en Fátima, la Virgen había pedido la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, afirmando que si no se concedía esta petición, Rusia extendería «sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia». «Los buenos – había añadido – serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán destruidas».
Después de las apariciones de Fátima hubo varios actos de consagración al Corazón Inmaculado de María: Pío XII, el 31 de octubre de 1942, consagró el mundo entero y el 7 de julio de 1952 consagró específicamente Rusia al Corazón Inmaculado de María con la Carta Apostólica Sacro vergente anno, ante la difícil situación de los cristianos obligados a vivir en un régimen ateo.
Pablo VI en 1964 y Juan Pablo II en 1981, 1982 y 1984 renovaron esta consagración para todo el género humano. El Papa Wojtyla, refiriéndose a la petición de la Virgen en Fátima, el 25 de marzo de 1984, en la Plaza de San Pedro, en unión espiritual con todos los obispos del mundo, encomendó al Corazón Inmaculado de María a todos los pueblos y de modo especial a los hombres y naciones que tienen especial necesidad de esta encomienda y consagración.
En junio de 2000, cuando la Santa Sede reveló la tercera parte del secreto de Fátima, el entonces secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Tarcisio Bertone, subrayó que Sor Lucía había confirmado personalmente que el acto de consagración realizado por Juan Pablo II en 1984 correspondía a lo que la Virgen había pedido.
Ahora, el próximo 25 de marzo, el Papa Francisco consagrará a Rusia junto con Ucrania al Inmaculado Corazón de María en comunión con los obispos de todo el mundo.