El papa Francisco denunció este sábado la existencia de una humanidad insaciable de dinero, poder y placer que devora a los más débiles y causa las guerras, durante la homilía de la misa del gallo celebrada en la basílica de San Pedro.
Francisco presidió hoy la tradicional misa del Gallo que como el año pasado se celebró las 19.30 horas (18.30 GMT) pero debido a sus problemas de rodilla permaneció sentado a un lado del altar y fue el cardenal Giovanni Battista Re el encargado de celebrar la eucaristía.
Por ello fue un diácono quien destapó la imagen del Niño a los pies del baldaquino de Bernini y la incensó, mientras niños procedentes de varias partes del mundo depositaron a su lado unas flores y en la plaza de san Pedro sonaron las campanas para anunciar el nacimiento de Jesús.
Ante las 7.000 personas que abarrotaron la basílica, mientras otras 3.000 esperaron fuera en la plaza, en una ceremonia emitida en Mundovisión, criticó que «después de muchas Navidades celebradas entre adornos y regalos, después de tanto consumismo que ha envuelto el misterio que celebramos (…) se ha olvidado su significado».
El papa leyó sentado su homilía y explico las tres palabras que dijo puede inspirar el pesebre: «la cercanía, la pobreza y lo concreto».