Madrid (EFE).- El mosquito tigre (“Aedes albopictus”), especie transmisora del dengue y considerada como exótica invasora originaria de Asia, ha extendido su campo de acción en España y actualmente está ya en el litoral mediterráneo, el norte y algunas zonas del interior peninsular, según expertos consultados por EFE.
Pero esta invasora no es la única; el impacto de otras especies de mosquitos también se está expandiendo por el territorio europeo favorecido por el cambio climático y la globalización y transporte de mercancías que facilitan la llegada de estos insectos.
Descubierto en Cataluña
La presencia en la península ibérica del mosquito tigre “se descubrió en Cataluña”, asegura el entomólogo y doctor en Biología Rubén Bueno, quien subraya, no obstante, que esta especie “ya está en casi todo el territorio español” y que el último hallazgo ha sido en Galicia.
Bueno explica que además en España se encuentra el mosquito de Japón (“Aedes japonicus”) -también transmisor de enfermedades como la fiebre del Nilo y el chikungunya.
El mosquito en general “es un insecto que no puede volar centenares de kilómetros”, sostiene antes de recordar que el pasado 26 de agosto fue el Día Internacional contra el Dengue, una enfermedad que está cada vez más presente en Europa y que se detectó por primera vez en España en 2004.
Aunque si bien es cierto que en Europa “no hay grandes brotes” como en el sureste asiático o Latinoamérica, “hace apenas una semana, se han notificado ya los primeros casos autóctonos de dengue en Italia”, y “en España, años atrás, también hubo algunos casos transmitidos por el mosquito tigre, en Cataluña o en Murcia”, según Bueno.
Los mosquitos, transmisores de enfermedades tropicales
Por otro lado, se estima que un centenar de especies de mosquitos, entre ellos el mosquito común (“Culex pipiens”), son transmisores de otras enfermedades tropicales como el virus del Nilo Occidental, que provocó la muerte de una anciana en Huelva hace unos días y la de un centenar de personas en Europa en 2022.
El virus del Nilo no solo está en mosquitos, sino que “puede estar en aves, en caballos y en humanos”, detalla Bueno, quien precisa que sin embargo, la mayoría de contagiados animales pueden ser asintomáticos.
A diferencia del mosquito común, que pica de noche, “el mosquito tigre pica de día”, según el entomólogo, que señala que ambos “son fáciles de distinguir” y “el tigre tiene el cuerpo negro y blanco”.
El mosquito tigre “es urbano”, según Bueno, y su presencia se favorece con agua estancada, porque vive “cerca de los platos de macetas o en los bidones de los puertos”, entre otros lugares; por ello dice que “es esencial evitar el agua estancada a nivel doméstico”, de esta forma “se reducirá” el riesgo de las picaduras y transmisión de enfermedades.
Vigilancia y control en zonas públicas
Los mosquitos tigre crían en los imbornales, en las rejillas de acumulación de aguas pluviales que hay en las calles, y por eso, asegura, son necesarios los programas de vigilancia y control en zonas públicas.
El biólogo, investigador Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y codirector de la aplicación móvil Mosquito Alert, Frederic Bartumeus, expone que el mosquito tigre y el mosquito común tienen dos ciclos zoonóticos diferentes, esto es “la forma en la que una enfermedad se transmite de un animal a un humano”.
“El género ‘Aedes’ -mosquito tigre y japonés- pica a una persona infectada y puede transmitir la infección a otras personas”, asegura, sin embargo “el virus del Nilo Occidental -mosquito común- cae en saco roto al llegar a los humanos”.
Según Bartumeus, “si una persona infectada del virus es picada por un mosquito sano, este mosquito no se va a poder infectar”, ya que la carga viral se reduce mucho.
Bartumeus explica que la aplicación móvil Mosquito Alert surgió en 2013 para establecer una “vigilancia ciudadana en combinación con el trampeo tradicional”, con la que cualquier persona puede alertar de especies de mosquitos en puntos concretos, sus lugares de cría e incluso sus picaduras.
Cambio climático
Uno de los factores que más afecta a los ciclos de los mosquitos es el cambio climático, según Bartumeus, quien hace hincapié en que el aumento de temperaturas “no hace que haya más mosquitos”, sino que cambie su comportamiento.
A modo de ejemplo, determina que “con el cambio climático el mosquito tigre buscará más altitud y puede llegar a aparecer a 1.500 metros”, ya que las temperaturas extremas no le son beneficiosas porque suelen secar el agua y estos insectos necesitan humedad para vivir.
Además del mosquito tigre, Bartumeus destaca como transmisor de enfermedades tropicales como la fiebre amarilla al “Aedes aegypti”, el cual “ha intentado colonizar Canarias varias veces en los últimos años, pero la buena gestión ha conseguido que se erradique su presencia”.Categorías